Comenzaron ayer en el Senado los “conversatorios’’ sobre la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Como sabe, en dicha iniciativa, la Presidenta pretende trasladar las atribuciones del extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), así como algunas de la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones y de Gobernación, a la super Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, encabezada por José Antonio Peña Merino, mejor conocido como “Pepe Merino’’.
El funcionario es de los personajes más cercanos a la presidenta Sheinbaum.
Cuando la mandataria ocupó la jefatura de gobierno de la CDMX, Merino se desempeñó como jefe de la Agencia Digital de Innovación Pública, desde la cual se pretendía digitalizar la mayoría de los trámites que los capitalinos requieren hacer en ventanillas.
Algo se avanzó en ese sentido, pero quizá el hecho por el que más es recordado Pepe Merino, fue su apoyo (dicen que fue quien se lo sugirió a Sheinbaum) a la utilización de ivermectina en las personas que habían dado positivas a Covid entre 2020 y el 2021.
La ivermectina es un antiparasitario de uso veterinario; sin embargo, en el gobierno de Sheinbaum fue repartido en los quioscos montados en todas las alcaldías en los que se ofrecían pruebas rápidas de detección de Covid-19.
No había estudios previos que demostraran la efectividad de este medicamento en el combate a la infección por Covid; de hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) rechazó su utilización.
Ni la opinión de la OMS ni la de ningún laboratorio hicieron que se detuviera la entrega de kits comprados por la Secretaría de Salud de la CDMX, encabezada entonces por Oliva López.
El kit contenía ivermectina, aspirina y azitromicina.
En mayo del 2021, Merino publicó un artículo en la página SocArVic del Center for Open Science, como “evidencia contundente’’ de que la aplicación de ivermectina había reducido los porcentajes de hospitalizaciones y muertes por Covid.
El artículo en cuestión, co-firmado por Oliva López, Víctor Hugo Borja y el hoy flamante subsecretario de Salud, Eduardo Clark (entonces director de Gobierno Digital), responsable de la compra de los medicamentos a nivel federal, no ofrecía pruebas ni datos veraces que confirmaran su aseveración.
El escrito generó una ola de críticas, entre ellas la del profesor de sociología de la Universidad de California en San Diego, Juan Pablo Pardo-Guerra, por su falta de rigor científico y estadístico.
Ante la evidencia de que el experimento del gobierno de la CDMX en la salud de los capitalinos carecía efectivamente de rigor científico y había sido aplicado sin informar a los ciudadanos que estaban siendo sujetos de un experimento, SocArVic eliminó el artículo de Pepe Merino y compañía.
“El artículo es de muy mala calidad o es deliberadamente falso y engañoso… Un programa público que distribuye ivermectina a personas infectadas con COVID-19, fuera de un estudio controlado, parece no ético. El artículo es parte de ese programa y actualmente sirve como parte de la justificación de su implementación”, aclaró la página al eliminar el texto.
Hoy Pepe Merino está en la antesala de convertirse en un funcionario todopoderoso, que lo mismo podrá repartir o quitar concesiones de radio y televisión, que ordenar, por causas de interés nacional, suspender plataformas digitales y redes sociales, además de poder inclinar la balanza a la hora de normar la competencia en el sector de las telecomunicaciones.
Concentrar el poder de decisión de un sector vital para el país en una sola persona, no parece ser la mejor decisión.
@adriantrejo