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Vigilado ¿Será?/ Discusión en suspenso

La sequía en el Estado de México ya no es un fenómeno estacional, sino una crisis prolongada que afecta a los 125 municipios de la entidad, de acuerdo con especialistas. 

Explicaron que esta situación tiene consecuencias alarmantes, como la escasez de agua potable, la pérdida de cultivos, mortandad ganadera y un riesgo mayor de incendios forestales.

La situación compromete la seguridad alimentaria, la salud y la economía de millones de personas, señalaron.

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Indicaron que la problemática de la sequía no sólo es resultado de la falta de lluvias, sino también de factores humanos como el crecimiento urbano desordenado y el mal manejo del suelo.

A pesar de que la temporada de lluvias ya ha comenzado, las precipitaciones no son suficientes ni bien aprovechadas para mitigar el problema.

LOS MÁS AFECTADOS

Los municipios históricamente más secos son Tonatico, Sultepec, Tlatlaya, Tejupilco y Bejucos; sin embargo, también se ha notado una importante disminución de lluvias en zonas tradicionalmente más húmedas como Valle de Bravo, Villa Victoria y Donato Guerra.

Esta reducción en las precipitaciones no sólo afecta a las personas, sino también a la biodiversidad. La flora y fauna local, adaptada a niveles específicos de humedad, sufre las consecuencias de esta alteración.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua, el nivel de llenado de las principales presas del Estado de México está lejos del óptimo.

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En el caso de Villa Victoria, está a 36.8 por ciento de su capacidad; José Antonio Alzate (San Bernabé), 30.2 por ciento; El Molino, 3.9 por ciento, y Valle de Bravo, 64.3 por ciento.

Estas cifras evidenciaron que incluso con la llegada de las lluvias, el almacenamiento es insuficiente para cubrir la demanda.

Otro de los problemas es la incapacidad para captar el agua de las precipitaciones y almacenarla. 

Muchas viviendas no cuentan con la infraestructura necesaria para recolectar líquido pluvial y existe una percepción errónea de que esta agua está contaminada y no es apta para uso doméstico.

Además, la legislación actual prioriza las obras públicas, lo que deja en segundo plano las acciones privadas o individuales para la captación; esto limita las soluciones locales que podrían mitigar los efectos de la sequía a corto plazo.

URBANIZACIÓN Y USO DEL SUELO

Iván Vilchis Mata, investigador del Colegio Mexiquense, explicó que el reemplazo de suelos naturales por concreto y asfalto impide la filtración del agua al subsuelo. En lugar de recargar los mantos acuíferos, el agua se escurre, lo que provoca inundaciones en zonas urbanas y sequías en las rurales.

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El cambio de uso de suelo es el principal motivo de esta degradación ambiental. Indicó que es urgente repensar cómo se toman decisiones en las ciudades.

SEQUÍA Y ESTIAJE

Luis Eduardo Mejía Pedrero, ingeniero especializado en recursos hídricos, destacó la importancia de distinguir entre estiaje y sequía. El primero es una disminución natural de lluvias entre el otoño y la primavera.

Mientras que la segunda, es una anomalía climática grave, transitoria, pero prolongada, donde la cantidad de agua disponible cae muy por debajo del promedio, lo que afecta a todo el sistema hídrico.

Esta diferencia no es menor, ya que la sequía implica una crisis con múltiples implicaciones sociales, económicas y ambientales.

Según Mejía Pedrero, sus causas pueden ser naturales (como alteraciones en los patrones atmosféricos o la actividad solar), pero también provocadas por el ser humano: el cambio climático, la deforestación y la urbanización sin planeación.

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