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En un sistema de gobierno creo que no hay un peligro más grande que una sensación constante de impunidad. Sentir que los castigos no llegan, que no son proporcionales o que pueden evadirse con poder o dinero es el inicio de una serie de violaciones al Estado de derecho que hacen difícil que una sociedad prospere.

Creo que estamos en el momento justo en el que necesitamos deshacernos de esa sensación constante de impunidad y evitar que todo el sistema se deteriore.

Voy a poner un ejemplo concreto. ¿Qué tiene que pasar para que los casos de abuso o la pornografía infantil tengan un castigo? El sentido común tendría que decirnos que una pena de cárcel es suficiente pero, al menos en México, parece que no.

Podemos debatir mucho respecto si la prisión es el mejor método de castigo o cuáles son las opciones de rehabilitación o reinserción que hay para las personas privadas de la libertad. Pero el debate ahora no es ese.

Me explico. Las autoridades en Chiapas permitieron casos de abuso y pornografía infantil. Eso de por sí ya debería llevarnos a la indignación pero hoy tengo más para alimentar el enojo.

La red de pornografía la encabezaba Yudiel Flores Tovar, un activista que estaba sentenciado por tráfico de personas y pornografía infantil. Es decir, estaba dentro de la cárcel y desde ahí siguió delinquiendo con ayuda de las autoridades del penal El Amate.

Un factor más: las autoridades se dieron cuenta de la red y del caso no necesariamente por resguardar muy bien el penal o por labores de inteligencia, sino simplemente porque el activista murió —al principio se creyó que por un suicidio, después se descubrió que podría ser un asesinato.

Debido a las investigaciones por el supuesto suicidio y al encontrar un celular con material de video dentro de la celda fue que las autoridades se enteraron que una mujer ayudaba a Yudiel a meter niños al penal bajo identidades falsas. Contaron con la ayuda de los custodios y del exdirector del penal que por cierto, ahora está prófugo.

Ya dentro del penal era posible cometer abusos y filmar pornografía infantil. Todos los datos anteriores fueron dados a conocer por la fiscalía del estado cuando dio a conocer el arresto de los custodios y de la mujer que estaba implicada.

Quizá lo que más me impactó de la historia fue la cotidianeidad con la que la recibimos. La falta de indignación y de reclamo que debía haber para casi cualquier autoridad.

Poner ejemplos claros del efecto de la impunidad siempre es un ejercicio útil pero frustrante. Hacer cumplir la ley debería ser una de las funciones indispensables del Estado.

La única ventaja es que expone claramente las consecuencias de la negligencia de la autoridad o su franca colaboración.

Justo en la entrega pasada de Duda Genuina planteé un tema que tiene que ver con la resolución de problemas que tienen con las infancias. ¿Cómo resolvemos los problemas de los niños sin lidiar primero con tantos problemas de los adultos?

 

       @Micmoya

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