Redacción
Una densa tormenta de polvo modificó drásticamente la actividad cotidiana en diversas zonas de Irán. La situación atmosférica, originada por masas de polvo desplazadas desde Irak, obligó a las autoridades a suspender operaciones en instituciones educativas y oficinas públicas, especialmente en el oeste y suroeste del país.
El fenómeno atmosférico impactó de forma directa en la calidad del aire en provincias como Juzestán, Kermanshah, Ilam y Kurdistán. En respuesta a la emergencia ambiental, organismos locales recomendaron a millones de habitantes permanecer bajo resguardo, al considerar que las condiciones podrían afectar la salud respiratoria de la población.
Las consecuencias médicas no se hicieron esperar. En Kurdistán, cientos de personas ingresaron a centros hospitalarios por complicaciones derivadas de la exposición al polvo en suspensión. Las autoridades sanitarias mantuvieron un despliegue preventivo en zonas de mayor riesgo.
La situación también trajo consigo un balance trágico. Según información difundida por medios nacionales, varias personas perdieron la vida a lo largo de la última semana. La combinación de vientos intensos y actividad eléctrica se convirtió en un factor de alto riesgo, provocando incidentes fatales vinculados tanto a objetos caídos como a descargas eléctricas.
Mientras tanto, se mantuvo la vigilancia meteorológica en todo el territorio nacional. Los expertos advirtieron sobre la posibilidad de nuevas concentraciones de polvo si las condiciones en Irak continúan generando desprendimientos, por lo que las autoridades evaluaron nuevas medidas de protección en caso de que la tormenta persista.
