Ultimo Messaggio

Tras atentado, muere el activista Marco Antonio Suástegui Muñoz Benson Boone anunció el lanzamiento de su nuevo álbum “American Heart”

Susan Neiman, filósofa de la Universidad de Harvard, en su libro Left ≠ Woke (2023), resalta tres principios que considera esenciales en una ideología de izquierda: compromiso con el universalismo, firme distinción entre justicia y poder y la posibilidad de progreso. Sumados a estos, subraya lo que el activista indio, Harsh Mander, agrega como un cuarto: el compromiso con la duda.

El compromiso con la duda fue crucial, desde el periodo de la Ilustración, para nuestro desarrollo tecnológico, científico, cultural, político y democrático. Hoy, sin embargo, vivimos tiempos de cancelación, rechazo y señalamiento de quienes piensan diferente a nosotros —de discriminación. Los populismos de derecha e izquierda se expanden en el mundo, liderados por personajes que ofrecen soluciones simples ante problemas complejos y lacerantes. Creyendo tener el monopolio de la razón, no expresan duda respecto a sus ideas, pensamientos y acciones, condenan a quienes no coinciden con su postura y buscan silenciar a quienes los cuestionan.

El expresidente López Obrador, contrario a su supuesta ideología de izquierda, fue firme en su rechazo al disenso. Como caballo de hacienda avanzó en lo que para él era el camino correcto para la transformación del país, sin cuestionar su juicio e intuición y sin compromiso alguno con la duda: ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso. Como resultado, buena parte de sus acciones y políticas han sido de altísimo costo para México.

Desde otro lado del espectro ideológico, Donald Trump, se piensa infalible en sus decisiones. Un solo hombre tiene en vilo a la economía mundial, así como el destino de millones de personas. A tan solo algunos meses de que tomara el poder, las consecuencias son devastadoras. El futuro es sombrío.

En algunos casos, principalmente por presiones ineludibles, estos líderes pueden recular; en otros, al sentirse acorralados, se radicalizan, arrastrando a sus países a la zozobra.

La edición 2024 del Índice de Democracia, de la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist (EIU), trata del porqué la democracia representativa no es funcional para un buen número de ciudadanos en el mundo. Plantea que una de las razones es que los electores se sienten ignorados por sus gobiernos y partidos políticos en los temas que les interesan y preocupan. Esto ha llevado a que la gente se incline más por personajes antisistema, insurgentes populistas. Aquí yace la encrucijada hacia el futuro: atacar los problemas que la democracia lleva décadas ignorando, o resignarse a la posibilidad de que predominen regímenes encabezados por líderes, supuestamente virtuosos, de tintes totalitarios, cuyas acciones provoquen retrocesos en materia de derechos humanos, libertades y progreso.

Dudar no significa compromiso con la duda. Este compromiso implica reflexión, responsabilidad y acción —principio que debe imperar como factor clave en construir un mejor futuro para todos—, no solamente en quienes encabezan hoy nuestro régimen político y de gobierno, sino en sus opositores, quienes a pesar de todo, siguen creyéndose dueños de una verdad que ya solo existe en el pasado.

 

        @isilop

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *