Redacción
La muerte del Papa Francisco, a los 88 años, ha conmocionado a millones de fieles en todo el mundo. Con su partida, el Vaticano ha puesto en marcha un protocolo riguroso y meticuloso para la sucesión papal, un proceso que se desarrolla a través de varias etapas esenciales: el anuncio oficial, la sede vacante, el funeral, el entierro, el cónclave y la elección de un nuevo Papa.
Fiel a su estilo sencillo y cercano, el Papa Francisco dejó claras sus instrucciones para la ceremonia de su muerte. Contrario a las tradiciones, pidió no ser velado en su habitación, sino en una capilla, y solicitó que su cuerpo no fuera expuesto sobre un catafalco en la Basílica de San Pedro. Además, pidió ser colocado en un ataúd abierto y ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las catacumbas vaticanas, un lugar que le era espiritualmente significativo.
El encargado de dar la noticia del fallecimiento fue el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien, en su calidad de camarlengo, confirmó el deceso de Jorge Mario Bergoglio. Tras la declaración oficial, las campanas de la catedral de San Pedro sonaron en señal de duelo, marcando el inicio de un período de luto en la Iglesia Católica.
El periodo de sede vacante
Una vez confirmada la muerte del Papa, el Vaticano entra en lo que se conoce como «sede vacante», una fase en la que la figura del Papa queda vacía y no hay un líder en funciones. Durante este tiempo, la administración de la Iglesia recae en el camarlengo, quien se encarga de los asuntos del Vaticano y supervisa los preparativos para la elección del nuevo Pontífice.
El cónclave: el proceso de elección del nuevo Papa
El cónclave es el proceso clave para elegir al nuevo Papa. En este evento, los cardenales menores de 80 años se reunirán en la Capilla Sixtina, donde se encerrarán para votar en secreto hasta que se alcance un consenso. No hay una fecha fija, pero los cardenales deberán acordar el día en que dará inicio este ritual. La votación puede prolongarse durante varios días hasta que se logre una elección unánime.
Como parte del protocolo que marca el fin del pontificado, el Anillo del Pescador, símbolo del poder papal, será destruido. Este gesto simboliza la conclusión del papado de Francisco y también el sellado de su residencia en el Vaticano, lo que formaliza el final de su tiempo como líder de la Iglesia Católica.
El funeral y el novenario de luto
El funeral del Papa Francisco será un acto solemne que reunirá a miles de fieles y líderes religiosos. Como lo solicitó, su cuerpo será expuesto en un ataúd abierto durante el novenario de luto, una serie de misas y ceremonias que se llevarán a cabo en los días siguientes. Este luto colectivo permitirá a los creyentes rendir homenaje a su Papa y reflexionar sobre su legado.
La elección del nuevo Papa: «Habemus Papam»
El cónclave culminará cuando los cardenales logren un consenso sobre el sucesor de Francisco. El momento de la elección se anunciará con el famoso humo blanco que saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina. En ese instante, se proclamará la histórica frase «Habemus Papam», anunciando al nuevo Papa y marcando el inicio de una nueva era en la Iglesia Católica.