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Mira las marchas y concentraciones planeadas para este 13 de enero Línea secreta · Octavio López Patiño

En casi todos los gobiernos la política de atención al problema del tráfico de drogas ha sido el combate y el prohibicionismo. Los resultados de esa política difícilmente los podemos calificar de exitosos de manera contundente. Sin embargo, se discute muy poco la posibilidad de analizar siquiera el problema con otro enfoque.

Si hasta ahora prácticamente ningún país tiene resultados exitosos con la política de prohibición y combate del consumo de drogas ¿no valdría la pena discutir la posibilidad de un enfoque nuevo para atajar el problema?

El enfoque de prohibición de consumo de drogas es uno que se ha usado desde la década de 1980, después de que el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, consideró que las drogas eran una “amenaza para la seguridad nacional” de ese país.

En México se siguió esa misma línea sin demasiados ajustes a lo largo de los sexenios priistas y durante el gobierno de Felipe Calderón se iniciaron las acciones más violentas y armadas.

Desde entonces la reflexión o la diversidad de los enfoques para tratar el problema de las drogas ha cambiado poco. Incluso hace apenas unos días el gobierno federal puso en marcha una campaña preventiva para “alejar a los jóvenes de las drogas”.

La campaña se enfoca vocalmente en el consumo de fentanilo, pero en términos estrictos hace poca distinción entre los muchos tipos de estupefacientes. La política es que los jóvenes se alejen y ya.

Los estudiosos de estas políticas consideran que la política es completamente restrictiva y no necesariamente esa es la solución completa a largo plazo.

México Unido contra la delincuencia analizó una parte de la propuesta y consideró que a pesar de los altos costos humanos a lo largo de una guerra que ha durado casi 10 años, la tasa de muerte por sobredosis de drogas ilegales se mantiene en 0.01%.

Otra organización como es el Instituto RIA, propone un enfoque donde haya una atención integral del consumo de sustancias psicoactivas. Se enfoca en reducción de riesgos y daños, en alternativas a la abstinencia y en reconocer la autonomía de las personas para tomar decisiones libres y responsables.

En ese lado, hay pocos gobiernos que han buscado una política más de regulación que de prohibición completa. El gobierno de Uruguay y los estatales de California y Massachusetts son quienes han intentado enfoques distintos.

Con la regulación y control del mercado, los resultados son mezclados y no marcan un éxito rotundo, pero tienen números quizá menos violentos. En el caso de México, uno pensaría que un gobierno que se denomina de izquierda tendría la apertura para barajar las opciones que puedan ayudar a mejorar la situación del país.

Considerando que la guerra frontal ha traído decenas de miles de personas desaparecidas y un número similar de personas muertas, ¿no valdría la pena intentar un enfoque distinto? al menos debatirlo y ponerlo sobre la mesa.

 

      @Micmoya

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