El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reveló su intención de designar a los cárteles mexicanos de la droga como “organizaciones terroristas” en cuanto asuma la presidencia el 20 de enero.
Según afirmó, esta medida sería implementada de inmediato como parte de su estrategia para combatir el crimen organizado.
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“Designaré a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Vamos a hacerlo inmediatamente”, aseveró el próximo mandatario durante un mitin en Phoenix, Arizona.
Trump también aseguró que abordó el tema con la presidenta Claudia Sheinbaum. “Fui muy duro con México. Hablé con la nueva presidenta, una mujer encantadora y maravillosa. Le dije: ‘No pueden hacerle esto a nuestro país’”, declaró.
Trump quiere declarar a los cárteles terroristas y básicamente tomar el control porque en México el gobierno no puede ni con su café, menos con los narcos.
Nos llevan entre las patas, y mientras tanto, acá con abrazos y no balazos. #SoberaniaDelBienestar pic.twitter.com/Ax5cyLNhF5
— Sociedad Civil México (@SocCivilMx) December 22, 2024
Bajo la legislación estadounidense, el nombramiento de una organización como terrorista extranjera tiene profundas repercusiones legales, económicas y diplomáticas.
Para que una entidad reciba esta designación, debe cumplir con ciertos criterios establecidos en la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) y otros documentos como la Orden Ejecutiva 13224 —firmada por George W. Bush en 2001—, entre los que se encuentran: ser una organización extranjera, participar en actividades terroristas y representar una amenaza para la seguridad de EU.
En 2019, Trump ya intentó impulsar esta designación, pero el Gobierno mexicano liderado entonces por Andrés Manuel López Obrador rechazó la iniciativa, con el argumento de que no era necesaria ni deseable una intervención extranjera en su lucha contra los cárteles.
La postura agresiva de Trump no se limita a México. Apenas hace unos días, amenazó a la Unión Europea con imponer aranceles si no incrementan sus compras de gas y petróleo estadounidenses. Aunque estas declaraciones apuntan a una estrategia de presión económica global.
Asimismo, el republicano reiteró que una vez que regrese a la Casa Blanca en enero firmará una orden ejecutiva para cerrar las fronteras del país a los migrantes indocumentados e iniciará el mayor plan de deportación de extranjeros en la historia de EU.
