La segunda jornada del Corona Capital tuvo altibajos bastante notables y a diferencia del público del primer día, este lucía diferente y era notablemente menos.
Uno de los primeros actos importantes de la tarde fueron Black Pumas que con su soul psicodélico llenaron el escenario Corona Cero y fue un ejercicio interesante ver que la gente realmente los escucha y se sabe sus canciones.
Realmente la banda logró una conexión única con la gente que para sorpresa de muchos mostraron que el soul es escuchado en México.
Más tarde en el escenario principal St. Vincent dio un show lleno de energía a su público “Hola chilangos“, los saludó y enloquecieron, sin embargo, para un escenario tan grande, había muy pocas almas disfrutando de la música.
Uno de los actos más esperados de la noche fue Boy Harsher, quienes venían de una gira latinoamericana que estaba dando de qué hablar en la escena del dark wave internacional.
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Las luces del escenario Viva Tent se apagaron y con mucho humo, salieron Jae Matthews y Augustus Muller entre gritos y aplausos.
“Wooo” fue la expresión de Matthews, quien a pesar de haber tocado en México tantas veces, nunca había estado en un escenario frente a tantas personas.
Aquí la gente se dividía en dos: los que conocen a la banda y los que querían escuchar Pain por haber sido viral en TikTok.
La icónica Give Me a Reason fue la primera canción en sonar y fe ahí siguieron temas como Tears, Morphine, Come Closer, Fate, Tower y hasta un cover a Wicked Game de Chris Isaak hizo cantar a los asistentes.
La noche continuaba entre luces, humo y sintetizadores pero Pain nunca llegó, quizá una decepción para algunos, pero una ganancia para quienes los han visto más de una vez.
Después esperaba un acto sin igual, el post rock de Explosions in the sky, los cuales tocaron para un número muy reducido de personas, quizá unas cien o un poco más.
De todas formas la banda dio un acto como ninguno en esta edición, completamente instrumental, con atmósferas que iban de lo rápido a lo más melódico y tranquilo. Un va y ven de emociones entre la música.
El acto más esperado de la noche fue New Order, quienes no perdieron la costumbre de tocar en el Corona Capital cada que vienen.
Transmission fue la canción seleccionada para iniciar, que sirvió para reponerla de la presentación del martes en el Auditorio Nacional.
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La noche fue de clásicos como Age of Consent, Bizarre Love Triangle, Temptation, Ceremony y por supuesto Blue Monday.
El show había llegado a su final y todos salieron en busca de más música, pero de pronto los ingleses volvieron a sus puestos en el escenario, la gente enloqueció y corrió de vuelta, pareciera que nadie lo esperaba.
La cara de Ian Curtis se posó en las pantallas y sonó Love Will Tear Us Apart para un épico final. “FOREVER JOY DIVISION“, decían las pantallas de un escenario que le quedó chico a estos pioneros del New Wave.
Desafortunadamente, Shawn Mendez, que se alzó como el acto principal quedó muy corto para el escenario que lucía considerablemente vacío si se compara con Green Day de un día antes o con los mismos New Order previos.
Este Corona Capital dejó en claro algo: sus asistentes tienen gustos muy definidos y su melomanía tiene límites, no aceptan cualquier tipo de pop.
leo
