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El desarrollo inmobiliario se ha convertido en una nueva amenaza para el jaguar, especie en peligro extinción, ya que actualmente se construyen desarrollos en Sisal y Celestún, áreas cercanas a la reserva estatal El Palmar y la reserva de la biósfera de Celestún, donde se reproducen estos felinos, según investigaciones de Pronatura Yucatán.

Con el crecimiento urbano los jaguares pierden su hábitat natural, tienen escasez de presas o son atropellados en carretera, documentó la organización Jaguar Wildlife Center AC

El uno de mayo se reportó la aparición de un ejemplar muerto al costado de la autopista de cuota 180D, en el tramo Playa del Carmen-Chichén Itzá. El cuerpo presentó amputación en la cola y desapareció poco después, lo que plantea dudas sobre si se notificó a la Profepa para realizar la necropsia o si el cadáver fue sustraído, según la organización.

Anuar Hernández, investigador responsable del Programa de Conservación de Felinos y sus Presas en Pronatura Península de Yucatán, señaló que además del jaguar hay otros grandes felinos, cuyas áreas de reproducción están en riesgo.

“Los grandes felinos llevan años enfrentando amenazas debido a los constantes cambios en el uso del suelo para agricultura, ganadería y, más recientemente, para desarrollos inmobiliarios relacionados con el sector turístico, especialmente en las zonas costeras”, precisó.

Agregó que esto reduce los espacios de estos animales, y si bien no se les priva totalmente de su hábitat, sí se deteriora la calidad del mismo y disminuye la cantidad de ejemplares que el área puede sustentar al haber menos agua, comida y vegetación.

En el caso específico del jaguar en Yucatán, se estima que la mayor población se encuentra en sitios como el Punto de Unión Territorial (PUT), que es la zona donde convergen los tres estados peninsulares, en la Sierrita de Ticul. También se ha registrado la presencia de hembras con crías en las cercanías de la reserva de El Zapotal y en el municipio de Tizimín.

EVIDENCIAS DE REPRODUCCIÓN

Hay evidencias de reproducción en la zona conocida como Bocas de Dzilam, un conjunto de canales rodeados de manglares, ubicado a unos 20 kilómetros al oriente del puerto de Dzilam de Bravo. También se han registrado jaguares en la reserva ecológica de Celestún y la de El Palmar, cerca del puerto de Sisal, donde recientemente se han denunciado nuevos desarrollos inmobiliarios en zonas cercanas.

En abril pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) clausuró en Sisal el proyecto Villas María, tras la solicitud de la comunidad de este puerto, que alertó sobre el daño ecológico causado por dicho desarrollo y otros más a la flora. y fauna local. 

Otros complejos en la zona, como La Perla, Sunset Shores, Arrecife, Ocean View y Maraqua también son promovidos sin permisos ni el cumplimiento de reglamentos de protección ambiental, según denuncias de los pobladores.

POCOS DATOS

El problema se complica debido a la falta de datos confiables sobre la población de jaguares en Yucatán. Se desconoce con precisión cuál ha sido su evolución, cuáles son las zonas con mayor presencia de hembras y crías, entre otros datos que permitirían tomar decisiones informadas para preservar esta y otras especies.

Según el Segundo Censo Nacional del Jaguar, realizado en 2018, en Yucatán hay una población de 600 jaguares adultos. 

Este censo, realizado en coordinación con el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel, indicaba una aparente recuperación de esta población.

Sin embargo, poco después, varias organizaciones y especialistas en fauna cuestionaron la confiabilidad del método.

“No parece lógico hablar de una recuperación de las poblaciones cuando en Yucatán, por ejemplo, su hábitat está en deterioro debido a los cambios en el uso de suelo y la industria inmobiliaria”, puntualizó Anuar Hernández.

Los estudios que podrían determinar el estado de una especie y la distribución de su población son complejos y requieren de recursos financieros, humanos y de tiempo significativos.

Pronatura Península de Yucatán AC, es una organización sin fines de lucro fundada en 1987, dedicada a conservar la flora, fauna y ecosistemas prioritarios de la Península de Yucatán. Su misión es promover el desarrollo en armonía con la naturaleza, preservar la biodiversidad en áreas protegidas, integrar criterios ambientales en políticas públicas y fomentar prácticas económicas sostenibles. Actúa en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

 

Tiene el estado 5 grandes felinos

En Yucatán habitan cinco especies de grandes felinos: el jaguar, el puma, el ocelote, el tigrillo y el yaguarundí.

El jaguar, el ocelote y el tigrillo están considerados en peligro de extinción, según las leyes mexicanas, mientras que el yaguarundí, pariente del puma, se clasifica en “protección especial” debido al desconocimiento sobre su estatus poblacional.

El puma es una especie con una presencia más evidente en la entidad que las otras cuatro, y su población se extiende por buena parte del territorio nacional, por lo que aún no se le considera en riesgo. No obstante, esta especie, que vive en Yucatán, enfrenta las mismas amenazas que sus parientes.

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