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Un fracaso más de la oposición Vergüenza internacional 

Por Jorge Gómez Naredo

Hace unas semanas, los de la oposición -disfrazados de “Generación Z”– convocaron a una tercera marcha para el domingo 14 de diciembre. Hagamos memoria. La primera no fue nutrida, pero sí violenta. A la segunda asistió apenas unas decenas de personas y quienes acudieron estaban llenos de odio: mentaban madres, agredían y gritaban improperios contra la presidenta Claudia Sheinbaum y la Cuarta Transformación.

A esta tercera, casi nadie llegó. Poquísimas personas. No más de mil o dos mil. Todas con odio, pero sin ánimo. Saben que fracasaron. Saben que eso de vestir una manifestación de la oposición como si fuera “de jóvenes” ya no engaña a nadie. Nadie se lo cree. Nadie se lo traga.

La intención de esta tercera marcha, como la primera, era provocar violencia. A eso le han apostado los de la oposición. Electoralmente van en picada. Gobiernan cada vez menos entidades; en el Congreso no logran frenar la mayoría calificada, y los líderes de sus partidos están desprestigiados y actúan de forma tan errática que sorprende que nadie les ponga un alto.

Por eso han coqueteado con prácticas propias de la ultraderecha: generar caos, provocar violencia y usar los medios de comunicación que controlan para sembrar la percepción de que todo está mal y de que la gente está harta de la Cuarta Transformación.

De ahí la importancia de la concentración del pasado 6 de diciembre, convocada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Ahí quedó claro que la actual administración cuenta con un amplio respaldo popular y que, por más mentiras que difunda la oposición, sus campañas de odio no logran influir en la mayoría de la gente.

El PRI y el PAN están cada día más desesperados y, por lo mismo, cometen más errores. Creen que generar imágenes de violencia en sus marchas “de la Generación Z” les dará votos, pero nada está más lejos de la realidad: la gente, cada día, los rechaza más.

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