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Hay fechas que nos obligan a mirarnos como sociedad y preguntarnos quiénes somos y hacia dónde vamos. El 25 de noviembre es una de ellas. No se trata de un día más en el calendario, es un recordatorio de la deuda histórica que el mundo tiene con las mujeres.

En este 2025, la fecha adquirió en México un significado especial con la firma del Compromiso Nacional por la Vida, la Felicidad y el Respeto a las Mujeres, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum. Es una postura firme, una declaración ética y política de la primera mujer mandataria de México hacia todas las mujeres del país.

La Presidenta lo expresó con contundencia: “Las mujeres de México no están solas, estamos con ellas.” Y este mensaje resume el espíritu de un compromiso cuyo principal objetivo es reconocer la realidad con honestidad, actuar con responsabilidad y caminar junto a quienes durante décadas han exigido justicia, respeto y una vida sin miedo.

Llegamos a este 25N con cifras que nos recuerdan lo mucho que aún falta. Durante los últimos 50 años, uno de los avances más importantes ha sido aceptar que la violencia contra las mujeres es un problema estructural.

Antes, se escondía; hoy, se nombra. Antes, se minimizaba; hoy, se enfrenta. Pero el reto, quizá el más grande, es transformar esa normalización de la violencia que por tanto tiempo se instaló en la vida cotidiana.

El Estado ha empezado a asumir su responsabilidad, con reformas legales, políticas públicas y nuevos enfoques institucionales. Pero ningún cambio será suficiente si no se acompaña de un proceso social profundo. La escuela, la familia, los centros de trabajo, los medios, las plataformas digitales: todos tienen un papel por desempeñar en esta transformación cultural.

De ahí la importancia de que el Compromiso Nacional convoque a las 32 entidades del país y a todas las instancias del Gobierno de México en torno a diez acciones concretas para fortalecer sanciones por acoso y abuso, homologar delitos en todo el territorio, profesionalizar fiscalías y, sobre todo, asumir que la educación es la herramienta más poderosa para desmontar conductas arraigadas.

El acuerdo también convoca a las redes sociales y plataformas digitales a eliminar los contenidos que fomenten la violencia; un paso tan necesario como urgente en un país donde la agresión digital es una extensión de la violencia física. No son cambios menores, sino señales claras de un Estado que no está dispuesto a mirar hacia otro lado.

Hoy México tiene la oportunidad de transformarse. Y esa transformación empieza con un compromiso que no es solo del Gobierno; es de todas y todos. Una nación que respeta a sus mujeres se respeta a sí misma.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X: @RicardoMonrealA

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