Puede parecer exagerado, escandaloso incluso para no pocos, pero no por ello deja de ser atinada la definición que sobre la situación política prevaleciente en el país, ofreció el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León al diario madrileño El Mundo, asegurando que en los siete últimos años, “los pilares de la democracia mexicana han sido totalmente destruidos”.
No sólo eso, el priista amplía su diagnóstico al afirmar que tanto Andrés Manuel López Obrador como su impuesta pupila, Claudia Sheinbaum, tomaron en sus manos el régimen democrático “al que están matando”, literal. Eso y no otra cosa es la llamada Cuarta Transformación (4T) promovida por el tabasqueño desde antes aún de hacerse con el Ejecutivo federal, estableció.
Ella ha sido un “cómplice” activo en este proceso de regresión: contribuyó con entusiasmo a la reforma constitucional impulsada por él para destruir el Poder Judicial, (ya en el actual Gobierno) se entregó la Policía Judicial al Ejército y se cancelaron (media docena) de organismos fiscalizadores, además que ahora está en marcha ya una reforma electoral que acabará con las condiciones de competencia equilibrado en lo que a la selección de candidatos a diversos cargos refiere.
Crítica visión ésta que apuntala la opinión del exmandatario de que la “tragedia” actual estriba en que Morena, en su intento de construir un partido hegemónico, copió lo peor del PRI y nada de lo bueno porque la corrupción guía su funcionamiento… pues, concluye, “(ellos) no tienen un proyecto para hacer de México un país moderno y con verdadera justicia social”, sino sólo un proyecto de poder que les permita dar forma y operatividad a un régimen autocrático o más aún francamente dictatorial al estilo de los que admiran y defienden.
Ahora sí que como dijera un clásico, ¿más claro, directo y atinado?.. ¡Ni el agua!
Veámonos el próximo miércoles con otro asunto De Esencia Política.
@EnriqueAranda_P
