A pocos días de una de las celebraciones más emblemáticas de México, las calles, altares y hogares comienzan a llenarse de color y tradición. Entre los elementos más representativos del Día de Muertos destacan el papel picado y las flores de cempasúchil, elementos que no solo adornan las ofrendas, sino que también están cargados de gran simbolismo.
El Día de Muertos es una de las celebraciones más profundas y coloridas de México, por lo que cada año, miles de familias preparan sus ofrendas para honrar a quienes ya partieron.
Como parte de las tradiciones, algunos comienzan a ponerlas desde este 27 de octubre, cuando se reciben las almas de las mascotas para que estén listas para el 28 ( para quienes murieron de forma trágica); 29 (las almas de los ahogados); 31 y 1 de noviembre, los “ángelitos” (bebés no nacidos y niños pequeños) y el 2 de noviembre el de los adultos.
De esta manera, las ofrendas permanecen encendidas durante varios días, acompañadas por velas, calaveras de azúcar, pan de muerto, agua, sal, copal, algunos platillos y bebidas tradicionales o bien los que eran los favoritos de los difuntos, así como papel picado y claro esta las flores de cempasúchitl, elementos de los cuales a continuación te diremos su significado dentro de los altares.
El papel picado: el aire que conecta los mundos
De acuerdo con un artículo en la gaceta de la UNAM, el papel picado representa el viento, uno de los cuatro elementos fundamentales que debe estar presente en toda ofrenda (junto con el agua, la tierra y el fuego). Sus delicados recortes elaborados con ayuda de gubias, simbolizan la fragilidad de la vida y el paso de los espíritus entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
De acuerdo con los artesanos que elaboran este arte tradicional, los colores también tienen un significado:
Morado: representan el duelo y la fe.
Naranja: Sol y vida
Blanco: pureza y esperanza.
Azul: recuerda a las personas que murieron en el agua.
Rosa o rojo: simbolizan la vida y la sangre.
Además, su elaboración manual mantiene viva una tradición artesanal que ha sido reconocida como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco.
Flores de cempasúchil: el camino de luz para los que regresan
Con su color intenso y su aroma inconfundible, la flor de cempasúchil —también conocida como la “flor de los muertos”— es el símbolo del sol y la guía para las almas que visitan el altar.
Se cree que su resplandor y fragancia ayudan a los difuntos a encontrar el camino de regreso al mundo terrenal durante el 1 y 2 de noviembre.
Algo a destacar es que, esta flor, es originaria de México, el nombre cempasúchil proviene del náhuatl cempohualxóchitl, que significa “veinte flores” (compuesta por “cempohuali”, que es el número 20 y “xochitl” que significa flor), y tradicionalmente, en las ofrendas, se colocan caminos de pétalos desde la puerta del hogar hasta el altar, como una ruta luminosa de bienvenida para los seres queridos.
Tradición, color y memoria
En tanto, el papel picado y las flores de cempasúchil no son simples adornos, sino que representan la vida que trasciende la muerte. Juntos, evocan la dualidad entre lo efímero y lo eterno, recordando que el Día de Muertos es una celebración de amor, memoria y esperanza.
Este 1 y 2 de noviembre, cada altar vuelve a contar una historia: la de aquellos que se fueron, pero que siguen vivos entre los aromas y recuerdos.
