La palabra espiritualidad tiene una etimología que nos ayuda a entender mejor el significado profundo. Proviene del latín spiritus, que significa aliento, soplo o respiración. Sugiere que lo espiritual está ligado a aquello que anima y da vida
La espiritualidad es un concepto amplio, profundo y a veces difícil de definir, porque no pertenece a una religión, ni a una sola forma de pensamiento.
Tiene que ver menos con creencias fijas y más con una experiencia interna como la conexión interior, la espiritualidad invita a mirar hacia adentro, a conocerte, escuchar tus emociones, tus pensamientos y tu intuición, es aprender a distinguir entre lo que viene del miedo y lo que viene del amor.
Tiene un sentido y un propósito, muchas personas se acercan a lo espiritual cuando buscan respuestas a preguntas como: ¿para qué estoy aquí? ¿Qué me hace sentir vivo? ¿Qué puedo aportar al mundo? No siempre hay respuestas claras, pero la búsqueda misma cambia a quien se lo cuestiona
Es una conexión con algo más grande, para algunos es Dios, para otros el universo, la naturaleza, la energía, la conciencia, no importa el nombre, se trata de comprender que no estamos aislados, que formamos parte de algo mayor
La espiritualidad suele vincularse con estados como paz interior, compasión, gratitud, aceptación, amor puro, prácticas espirituales, meditación, oración, contemplación, y rituales que ayudan a cultivar estos estados. Y una vez que lo logras no dejes de compartirlo con quien lo necesita, ya que parte del crecimiento es hacer algo por los demás.
También se describe con resultados para trascender el ego, el ego es la voz interna que compara, separa, teme y controla, lo espiritual busca dejar de identificarse con el ruido mental, y permitir que el corazón y la conciencia auténtica lideren.
La espiritualidad no evita el sufrimiento… lo transforma, el dolor es un maestro ya que revela lo que nos importa, nos empuja a despertar y nos hace más conscientes.
En el plano espiritual todo funciona al revés y cuando entendí esto, mi realidad cambió para siempre. Cuando no necesitas nada, atraes todo, la paciencia infinita trae resultados inmediatos, cuando disfrutas estar solo más personas quieren estar contigo, mientras más das… más recibes, cuando dejas de buscar validación, más atención obtienes, cuando sueltas el resultado y te enamoras del proceso, el resultado se manifiesta. Y cuando entiendes que no hay un lugar al que llegar, el momento presente te lleva a cualquier destino.
Por otro lado, lo más espiritual que puedes hacer no es meditar tres horas al día ni irte a Bali, sino simplemente estar al servicio de quien lo necesita, escuchar a ese amigo que la está pasando mal, llamar a esa persona que traes en mente, no hace falta incienso ni posturas de yoga, a veces el gesto más simple expresado con amor es el acto más sagrado.
Ser espiritual no es iluminarte, es encender la luz para los demás y ese destello también te cubrirá a ti.
Con cariño: Marcela.
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