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Habitantes de colonias afectadas por la catástrofe que devastó a la ciudad de Poza Rica, Veracruz, llevan 15 días entre penumbras, lodo, basura y desesperanza, pero con la ayuda incondicional de ciudadanos que, sin esperar nada a cambio, se han volcado para tenderles la mano.

Uno de esos pilares es Lilia Ferral, voluntaria del grupo Soldados de Cristo, de la parroquia de Nuestra Señora de la Merced, quien describe la situación de emergencia que se extiende por “casi la mitad de Poza Rica”, donde la gente perdió todo.

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Según su testimonio, la zona más afectada abarca “todo lo que es de aquel lado del Bulevar Adolfo Ruiz Cortines, todas esas colonias, todas, todas, hasta La Florida.”

El panorama en estas áreas es desgarrador: “El lodo está espantoso, ya apesta, feísimo… Niños, personas adultas, ancianos, es desgarrador todo lo que se ve, lo que estamos viendo.”

Las familias viven en medio del desastre y resguardando lo poco que les queda. “En sus mismas casitas, porque cuidan sus tinacos, lo poco que tienen,” explica, Lilia, de 83 años, señaló que la gente aún no tiene luz, refrigerador o camas, lo que los obliga a dormir a la intemperie.

La solidaridad civil supera el apoyo oficial

Destaca que el apoyo esencial proviene de los habitantes; “el Gobierno, aquí, es difícil que apoye, es la comunidad, gente de fuera que vienen con víveres”.

La parroquia de Nuestra Señora de la Merced se ha convertido en un centro neurálgico de ayuda. Allí, un equipo de voluntarios trabaja desde las 8:00 horas y hasta altas horas de la noche, bajo el liderazgo del padre Sergio, para garantizar al menos una comida diaria a los afectados.

El grupo Soldados de Cristo, junto con otros de la misma iglesia, incluso jóvenes y hasta niños de ocho a diez años, participan en la preparación y entrega de comida, que se prepara en parrillas de gas prestadas. “Nosotros hacemos, por ejemplo, más de mil tamales, hacemos tacos de papa, todo lo que nos lleve la gente porque toda la gente nos está apoyando”, cuenta.

La brigada trabaja en condiciones de alto riesgo sanitario: “Con botas largas, con doble cubrebocas, con lentes para entrar a esos lugares,” afirma Ferral, quien confirma que “ya hay infecciones en los pies y manos”.

El apoyo es un sentimiento personal: “Nos motiva todo lo que están sufriendo, todo lo que nosotros tenemos y ellos no tienen, carecen de todo”, finaliza.

Cita

“Carecen de todo. Yo me acuesto en mi cama y ellos no tienen nada. Todo eso nos duele a las personas que estamos trabajando para ellos”
LILIA FERRAL
VOLUNTARIA POZA RICA

Número

14
horas aproximadamente invierten estos voluntarios en la preparación y entrega de comida a los habitantes perjudicados

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Situación tras inundaciones

La desgracia no termina; ahora reportan riesgos sanitarios.

El desastre por el desbordamiento del río Cazones no se termina en Poza Rica. Ahora,
caminar por sus calles es difícil por el lodo y la basura acumulada de lo que arrastró el agua: muebles, electrodomésticos, ropa, animales, etcétera.

Aunque no hay una cifra exacta de afectados sólo en la zona de las inundaciones, 70% de los negocios resultó dañado; el agua alcanzó hasta tres metros en algunos puntos.

La Marina reporta 69% de avance en la limpieza, pero persiste el reclamo por el riesgo sanitario, que incluye la aparición de larvas.

Este municipio concentra el mayor número de muertos en Veracruz por las lluvias: 26.

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