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El Doctor Patán lamenta no haber actuado con más celeridad. Al margen de mi trabajo en los medios y de mi consultorio, tengo una vena académica a la que esperé demasiado para darle curso real. Para aterrizarla, pues: conseguir financiamiento y convertirla en avances científicos tangibles al servicio del pueblo y la 4T, y no dejarla en el disco duro, como un sueño bonito, pero sueño al fin. Esto viene a cuento porque leo que mi María Elena, durante el sexenio pasado, se vio en la necesidad de repartir entre su familia, novio y cuentas de banco propias una tremenda billetiza para desarrollar proyectos de ciencia verdadera, prehispánica, socialista y anticapitalista. Bien hecho. Luego de años de tecnocracia neoliberal, no pueden abundar los proyectos concebidos por personas ajenas a sus comidas de fin de semana. La ciencia quedó devastada con el prianismo. Había que empezar de cero, y empezar en casa.

Es una lástima, en todo caso. Para mí, quiero decir. Faltó comunicación, porque durante su periodo vibrante a la cabeza de la ciencia de izquierdas aquí su Doctor pergeñó varios proyectos que le hubieran caído al Conahcyt del pueblo como anillo al dedo y que ahora, me temo, por mi falta de reflejos, ya sin la compañera en el cargo, están en riesgo de quedarse huérfanos de financiamiento público. Son proyectos que abarcan, como verán, varios ámbitos de la investigación, todos ideológicamente aceptables y necesarísimos para la consolidación de una democracia popular. Les dejo la lista. Ustedes dirán si no vale la pena meterles recursos:

“Del elotl a los transgénicos. Historia de una tragedia nacional”.
“El método científico según el Popol Vuh”.
“La baba de nopal como una alternativa a los antipsicóticos de las grandes farmacéuticas”.
“Hacia un modelo de salud cubano-teotihuacano”.
“Operaciones con las manos, música de caracolas y limpias yerberas en las clínicas del IMSS”.
También, ya en el terreno de la historia de la ciencia, tengo algunos apuntes para un libro indispensable: “El Conahcyt obradorista, un nuevo calpulli”. Pensaba solicitarle el prólogo al ministro presidente.

En fin, que la cosa estaba puesta y no lo supe aprovechar. Menos mal que mi Mariélen canalizó los recursos hacia donde debía. Bueno: recursos y esfuerzos. Recordemos que el compañero fiscal obtuvo por fin un merecido reconocimiento a su trayectoria, con ese Sistema Nacional de Investigadores nivel III.

Por cierto: ¿alguien sabe dónde se encuentra la vacuna Patria? Viene el invierno y…

 

    @juliopatan09

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