Cinco años antes de su muerte, en 1995, el consejo de administración de la British Library expulsó al escritor y poeta Oscar Wilde cuando este fue condenado a dos años de prisión en la corte de Old Baile, acusado de “indecencia grave” por ser homosexual. El carné que hace 130 años fue desechado, ha sido reimpreso a manera de homenaje para el esteta dublinés.
Este jueves, en una ceremonia, la emblemática biblioteca británica entregará al nieto del autor de La balada de la cárcel de Reading, Merlin Holland, una tarjeta de miembro de la institución a nombre del famoso escritor irlandés, con foto incluida, a manera de homenaje.
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“La entrega de su tarjeta es un bonito gesto de disculpa y estoy seguro de que su espíritu se sentirá conmovido y encantado”, declaró Holland, que publica After Oscar: the Legacy of a Scandal, una biografía de su abuelo.
Dicho libro del único descendiente de Wilde repasa la rehabilitación póstuma del autor, cuya carrera terminó en desgracia y pobreza tras ser condenado a dos años de cárcel y se presentará esta noche en la British Library seguido de una introducción de Gyles Brandreth. A Holland le acompañará el actor y escritor Rupert Everett.
Coordenadas sobre Oscar Wilde
Oscar Wilde fue condenado en mayo de 1995 “de sodomía y de grave indecencia” tras ser acusado por el noveno marqués de Queensberry, padre de lord Alfred Douglas, acusándolo de mantener una relación amorosa con su hijo. En respuesta, el poeta reviró con una remanda por calumnias. De poco sirvió, pues pasó dos años en prisión en condiciones deplorables.
Al salir, además de escribir La balada de la cárcel de Reading a salto de mata entre Berneval-le-Grans, ahora Petit-Caux, en Normandía y Nápoles, en Italia, se reunió con Douglas, con quien vivió hasta finales de 1987, antes de ceder a las presiones familiares relacionadas con el dinero.
Fue entonces que, bajo el nombre de Sebastián Melmoth, se fue a París a pasar el resto de su vida. El 30 de noviembre de 1900, a causa de un ataque de meningitis, Oscar Wilde murió en el Hôtel d’Alsace, e París. Para entonces, dicen, el también dramaturgo ya había devenido católico.