Científicos de la Universidad de Exeter confirmaron que los arrecifes de corales de aguas cálidas, hábitat de una cuarta parte de las especies marinas y sustento de cerca de mil millones de personas, traspasó su umbral de supervivencia.
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Es el primer punto de inflexión irreversible del sistema terrestre, un aviso de que el planeta entró en una fase de transformaciones que podrían durar siglos.
El hallazgo, difundido en el Global Tipping Points Report, llega en vísperas de la COP30, que se celebrará en Brasil. El documento, elaborado por 160 científicos de 23 países, advierte que las temperaturas globales —ya 1.4 °C por encima de los niveles preindustriales— superarán el límite de 1.5 °C, abriendo la puerta a crisis encadenadas: el colapso de la selva amazónica, el derretimiento de las capas de hielo y la alteración de las corrientes oceánicas que regulan el clima global.
Los investigadores hablan de una “nueva realidad climática” donde los sistemas naturales pierden capacidad de autorregulación. Los corales, por ejemplo, han sufrido episodios de blanqueamiento masivo que afectaron a más del 80% de los arrecifes del mundo.
Incluso si se estabiliza el calentamiento en 1.5 °C, más del 99% de los corales tropicales podrían desaparecer. Solo algunos fragmentos aislados podrían resistir, pero requerirían protección inmediata frente a la contaminación y la sobrepesca.
Piden reorientar acciones en políticas climáticas
El informe advierte que las políticas actuales no están preparadas para la velocidad ni la magnitud de estos cambios. Según los autores, la acción debe orientarse no solo a contener daños, sino a activar lo que llaman puntos de inflexión positivos: procesos tecnológicos y sociales capaces de generar transformaciones hacia una economía baja en carbono.
El informe subraya que Brasil —sede de la próxima cumbre climática— podría jugar un papel clave en esa transición. El país posee ventajas naturales y tecnológicas para producir acero, hidrógeno y amoníaco verdes, además de un potencial de restauración de ecosistemas.
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El embajador André Corrêa do Lago, presidente designado de la COP30, celebró el estudio como una “respuesta esperanzadora y sobria” ante la crisis, e instó a una movilización global bajo el concepto de Mutirão Global, un esfuerzo para acelerar soluciones climáticas.
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Sin embargo, el mensaje central es inequívoco: los umbrales del sistema terrestre no son negociables. La Amazonía, el mayor sumidero de carbono del planeta, podría perder su capacidad de regenerarse con un aumento menor al previsto, en torno a 1.5 °C. Su degradación, combinada con la deforestación, liberaría cantidades masivas de CO₂, agravando el calentamiento global.