Por Juan R. Hernández
Después de meses de especulaciones, Sandra Cuevas volvió a escena con la fuerza mediática que la caracteriza. En la presentación de la segunda fase de su movimiento México Nuevo, la exalcaldesa de Cuauhtémoc dejó claro que no piensa retirarse de la política y, con su estilo frontal, dejó entrever la posibilidad de buscar la reelección en la demarcación que la catapultó al poder. “Si hoy quisiera reelegirme, ganaría, aunque sea con las uñas”, dijo, dejando ver que el fuego político sigue vivo.
El anuncio no pasó inadvertido: Cuevas, fiel a su perfil de confrontación, acusó a su sucesora Alessandra Rojo de la Vega de haber cerrado espacios sociales y de “abandonar” a la ciudadanía. Más allá del pleito personal, el fondo revela un fenómeno común en la política capitalina: la lucha por la visibilidad y el control de la narrativa en territorios de alto valor electoral. La Cuauhtémoc, epicentro político y mediático, sigue siendo un trofeo codiciado.
Mientras tanto, en el Congreso local, la política transita por otra vía: el diálogo y la regulación. El diputado Manuel Talayero Pariente, presidente de la Comisión de Bienestar Animal, encabezó un foro plural para analizar la iniciativa que busca regular la exhibición de animales en venta. Una señal de que no toda la política se reduce al ruido mediático, sino también al trabajo institucional y al consenso.
En otro frente, el PAN en la Cámara de Diputados impulsa una iniciativa para liberar de impuestos el aguinaldo de los trabajadores. Una propuesta con aroma a temporada electoral, pero que toca una fibra sensible: el bolsillo de millones de familias.
Así, entre la efervescencia de Cuevas, el debate animalista y las reformas fiscales del PAN, la política mexicana muestra sus múltiples rostros. El de la confrontación, el del diálogo y el del cálculo electoral. Tres planos distintos, pero unidos por la misma ambición: permanecer en el escenario, sea cual sea el costo.
The post Y no se va… appeared first on Diario Basta!.
