Redacción
Las autoridades de Filipinas actualizaron el miércoles la cifra de muertos por el sismo de magnitud 6,9 que ocurrió en el país el martes por la noche; al menos 69 personas fallecieron y cientos se encuentran heridas. Los equipos de rescate aún se encuentran realizando sus labores y se espera que la ayuda de diversos gobiernos extranjeros llegue en los próximos días.
El epicentro del temblor se situó a unos 19 km al noreste de Bogo, una ciudad costera de la provincia de Cebú con unos 90 mil habitantes; mientras que el hipocentro sucedió a unos 5 km de profundidad, causada por el movimiento de una falla submarina. Debido a la naturaleza de la zona, se emitió una alerta de tsunami que fue retirada tras unas horas.
Bernardo Rafaelito Alejandro, portavoz de la Oficina de Defensa Civil de Filipinas, señaló el miércoles por la mañana que se habían registrado al menos 60 personas fallecidas a causa del terremoto; además indicó que los rescates sucedían “de forma fluida”, a pesar de las dificultades del terreno que han señalado diversos medios locales.
Diversas autoridades de pueblos aledaños a Cebú, donde ocurrieron más de la mitad de los decesos, han reportado los daños tras el sismo: varios puentes y carreteras resultaron afectados; una escuela colapsó en la isla de Bantayan; parte de la fachada de una iglesia en Daanbantayan se derrumbó; mientras que en San Remigio parte de un complejo deportivo cayó sobre cuatro personas.
La semana pasada Filipinas sufrió el paso del tifón Bualoi que dejó 14 muertos y obligó a evacuar a más de 350 mil personas. Este fenómeno ha hecho que las lluvias no cesen y en combinación con los recientes sismos y réplicas, que han ascendido a más de 600, ha hecho que las autoridades emitan alertas a las poblaciones que se encuentran cerca de laderas por el riesgo a sufrir un deslave de tierra.
