Ultimo Messaggio

El Insurgente inicia recorridos de prueba hasta Observatorio Conejo Pérez asegura que Jesús Corona tardó demasiado en retirarse del futbol

Por Sabina Berman

México tiene dos gobiernos. 

El gobierno formal, formado de burócratas de distintos niveles, y un Segundo Gobierno, formado por los burócratas corruptos, que insertados en el primer gobierno igual responden a sus superiores como al Crimen o al Gran Capital. 

Si el gobierno formal tiene hoy alrededor de 6 millones de burócratas, el Segundo Gobierno tendrá entre medio millón y 2 millones de dobles agentes.

Siendo su actividad clandestina, es difícil de calcular su número.

Y si el gobierno formal maneja el mayor presupuesto del país, el Segundo Gobierno maneja al menos un 20% de ese presupuesto, el segundo mayor del país.

Un partido pierde el poder y sus funcionarios se van y llegan los de otro partido, pero los corruptores del Crimen y el Gran Capital permanecen, y corrompen a los nuevos funcionarios.

Esta es nuestra historia reciente, una historia que los propagandistas de los partidos neoliberales prefieren omitir, para culpar al partido que detenta en Poder de todos los males, con la esperanza de tumbarlo y de hacerse del poder.

¿Para qué?

Para recomenzar esta historia inevitable mientras no se extirpe la Corrupción del Primer Gobierno. 

La presidenta Claudia Sheinbaum está en eso. En extirpar a los corruptos del gobierno formal.

No se entiende de otra forma que los dos grandes escándalos recientes de corrupción se hayan destapado desde su gobierno.

El actual gobernador de Tabasco descubrió ante la prensa al cartel de La Barredora, que incrimina a Adán Augusto López, ex gobernador de la misma entidad que permitió o propició su fundación y su operación.

Y el secretario de la Marina de la presidenta reveló los tamaños de la red de huachicol fiscal dentro de la Marina.

Se trata de separar al Proyecto manifiesto de la 4T de la Corrupción.

Meter el filo de un cuchillo en el pastel y separarlos.

O bien esta otra metáfora: se trata de levantar la red de araña que recorre la gigantesca burocracia nacional.

Los intelectuales neoliberales se frotan las manos previendo una ruptura en la Izquierda a raíz de estas medidas. Prevén que las intenciones de la presidenta toparán con su maestro político e ideólogo principal de la 4T.

Se imaginan que Andrés Manuel le llamará a Claudia desde el teléfono verde de su finca en Palenque, y le dirá:

–Detente Claudia. No toques a Adán Augusto, mi cuate, mi hermanito gemelo. No toques a tal capitán. Y no toques ni con el pétalo de un juicio a mi secretario de la Marina.

Hay bases para suponer que pudiera ser así. Andrés Manuel repitió durante su sexenio al menos dos veces la frase de Benito Juárez: 

–Para los amigos, justicia y gracia; para los enemigos, la ley a secas.

El agradecimiento a quienes lo apoyaron para llegar al poder parece ser en Andrés Manuel muy intenso.

Lo que nadie sabe sino él mismo, es si ese agradecimiento es más fuerte que su repudio a la Corrupción.

En otras palabras, nadie sabe si separar del Proyecto a los corruptos que lo trastornan y desvían le resulta tan imperioso a Andrés Manuel como a Claudia.

Tal vez el mismo Andrés Manuel no está seguro y hoy reflexiona sobre el dilema: el Proyecto o los corruptos.

Porque lo cierto es que la Historia en México ha mostrado que la Corrupción es el lugar donde los Proyectos van a morir.

La Corrupción es la condición donde se tuercen y dan pocos frutos, donde pierden el vínculo de fe con los mexicanos de a pie, y donde el Proyecto se vuelve retórica hueca.

Claudia o Adán Augusto: ese es el dilema hoy de Andrés Manuel.

Los mejores ángeles del expresidente le soplarán a una oreja que el Proyecto y el país son primero; los diablitos le picarán con su trinchete la otra oreja diciéndole que los corruptos no son tan perniciosos y hasta hay algunos muy simpáticos.

Pero Andrés Manuel no estará sorprendido que Claudia sí quiera separar al Proyecto de la Corrupción. El mejor que nadie conoce los efectos destructivos del Segundo Gobierno de corruptos: durante su sexenio observó cómo inflaron sus presupuestos y así diezmaron las ayudas sociales.

Claudia o Adán Augusto: sí, ese es el dilema de Andrés Manuel.

Un dilema que AMLO podría resolver a medias, contentándose con que su amigo Adán Augusto sea removido de sus altas responsabilidades y sea enviado de embajador a las Islas Fiji, sin pasar por un penoso juicio y por la confiscación de su fortuna acumulada en bancos.

Ya veremos que pactan Claudia y López Obrador.

Lo seguro es que para ver la ruptura que hoy sueñan los neoliberales deben hacerse de unas sillitas, de agujas de tejer y grandes bolas de estambre, porque no sucederá…

Andrés Manuel ES el Proyecto. Sus lemas siguen y seguirán siendo los lemas guías de la 4T.

Primero los pobres, por el Bien de Todos.

Separar el Poder Político del Poder Económico.

Derechos para todos y todas.

Lo que está a discusión en la Izquierda hoy no es el Proyecto. Es dónde coloca la 4T a la Corrupción histórica del sistema mexicano.

En la cárcel o en el perdón.

De nuevo: ya veremos cómo se resuelve el dilema.

Está escribana quisiera que triunfe la cero impunidad, porque simpatiza de corazón con el buen Proyecto de la 4T.

The post ¿Y qué piensa AMLO de la corrupción?  appeared first on Diario Basta!.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *