Redacción
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que México y Estados Unidos pusieron en marcha el acuerdo denominado Misión Cortafuegos, cuyo objetivo es detener el flujo ilícito de armas hacia territorio mexicano. La mandataria destacó que, por primera vez, el gobierno estadounidense aceptó asumir su responsabilidad en este tema y reconoció que gran parte del armamento que utiliza la delincuencia organizada en México proviene de su territorio.
El convenio surgió tras la primera reunión del Grupo de Implementación de Seguridad México–Estados Unidos, donde se acordó reforzar los operativos en la frontera, ampliar las investigaciones y emplear tecnología balística para rastrear armas. Además, se extendió el uso de la plataforma eTrace, administrada por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que permite identificar la procedencia y las cadenas de venta del armamento decomisado.
Sheinbaum explicó que el acuerdo forma parte del Programa de Trabajo sobre Seguridad y Aplicación de la Ley, vigente entre ambas naciones, y subrayó que representa un cambio respecto a administraciones anteriores. Recordó que durante años Estados Unidos evitó aceptar su corresponsabilidad en este fenómeno, y ejemplificó con la operación “Rápido y Furioso”, realizada en el sexenio de Felipe Calderón con la anuencia del entonces presidente Barack Obama, la cual derivó en el fortalecimiento de grupos criminales.
De acuerdo con la mandataria, este nuevo entendimiento busca impedir que las armas crucen la frontera y fortalezcan al crimen organizado. Señaló que en México siete de cada diez homicidios dolosos se cometen con armas de fuego, por lo que reducir su ingreso resulta clave para mejorar la seguridad nacional.
Cifras oficiales indican que entre 200 mil y 873 mil armas ingresan de manera ilegal cada año desde la frontera norte, y que alrededor del 75 por ciento de las incautadas en México tiene origen en Estados Unidos. Ante ello, el gobierno mexicano consideró el acuerdo como un paso fundamental para frenar la violencia armada.
El embajador estadounidense en México, Ronald Johnson, calificó la iniciativa como un hecho histórico en la cooperación bilateral en materia de seguridad. Aseguró que las acciones no sólo se centrarán en armas, sino también en detectar cargamentos relacionados con drogas, precursores químicos y combustibles.
Sheinbaum señaló que este entendimiento refleja un cambio sustancial en la relación con Estados Unidos, al poner en la agenda el tema del tráfico de armas, que durante décadas quedó relegado. Agregó que el nuevo enfoque bilateral busca una mayor trazabilidad de las armas y la desarticulación de las redes que sostienen este comercio ilegal.