Redacción
Autoridades de salud de Tamaulipas confirmaron la presencia del virus de influenza aviar H5 en Playa Bagdad, Matamoros, tras el hallazgo de una gaviota muerta en la zona. El epidemiólogo estatal Sergio Uriegas Camargo informó que la alerta epidemiológica se emitió el 19 de septiembre y desde entonces se desplegaron brigadas de vigilancia y control sanitario.
De acuerdo con la Fundación Conibio Global, desde marzo a la fecha se han contabilizado al menos 400 aves muertas en la franja costera, lo que representa un impacto directo en la biodiversidad local. La organización ambientalista advirtió que las aves marinas cumplen un papel clave en el equilibrio ecológico y denunció que algunas presentan lesiones físicas atribuibles a prácticas ilegales de pesca.
El epidemiólogo Uriegas precisó que, aunque ciertas cepas del virus pueden transmitirse a humanos, no se han registrado contagios hasta el momento. Sin embargo, se mantiene un monitoreo activo durante 14 días en comunidades cercanas y unidades de salud, además de recorridos casa por casa para identificar posibles casos sospechosos.
En tanto, la Fundación Conibio Global reportó que un voluntario que apoyaba en labores de monitoreo ambiental se encuentra bajo observación médica tras presentar fiebre, síntomas gripales y dolor de cabeza, luego de tener contacto directo con aves enfermas. Autoridades sanitarias aplicaron pruebas de laboratorio para descartar o confirmar un contagio.
Uriegas destacó que la detección temprana y la coordinación interinstitucional son claves para contener los riesgos. “Si aparece un caso sospechoso en humanos, se le tomará muestra de inmediato para confirmarlo o descartarlo por laboratorio”, señaló.
La Secretaría de Salud de Tamaulipas reiteró el llamado a la población para no tocar ni manipular aves enfermas o muertas, e indicó que los trabajos de control sanitario continuarán en la zona de anidación.
El brote se suma a denuncias ambientales previas en Playa Bagdad. La organización Conibio Global informó recientemente sobre el hallazgo de 23 delfines muertos con heridas profundas, presuntamente ocasionadas por instrumentos de pesca artesanal en el área del puerto El Mezquital.
Las investigaciones siguen en curso mientras brigadas sanitarias y grupos ambientalistas buscan contener los efectos del brote y proteger tanto la salud pública como la fauna marina de la región.