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La fiestas patrias más tristes de nuestra historia Virtudes en lugar de limpias

A Adán Augusto López Hernández ya se le vino la noche… 

En cuestión de semanas pasó de ser uno de los hombres más poderosos del morenismo a un apestado político, sin aliados y sin nadie dispuesto a jugarse el pellejo por él, circunstancia que no le surgió de la nada al tabasqueño. La posición en la que se encuentra el otrora hombre fuerte del obradorismo (no olvidemos que llegó a ser secretario de Gobernación) es consecuencia de lo malas consejeras que son la ambición y la arrogancia.

Sí, Adán Augusto sembró vientos y ahora está cosechando tempestades. En términos simples podemos decir que el karma está tocando a su puerta.

Y eso que El Abuelo (su gran cuate, Hernán Bermúdez Requena, el exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco y cabecilla del grupo delincuencial La Barredora, flamante huésped del Centro Federal de Readaptación Social número 1 del Altiplano, ubicado en el Estado de México) todavía no empieza a cantar.

La de Adán Augusto es una historia cíclica que se ha repetido, una y otra y otra y otra vez en la mexikan politik, con sujetos enceguecidos, enloquecidos y ensoberbecidos por apenas unos cuantos gramos de poder. Él escaló a posiciones que jamás imaginó y soñó gracias al apoyo y a la protección de su casi-casi hermano Andrés López Obrador. 

Sin embargo, con todo el hedor que está emanando de las cloacas que se están destapando y que indudablemente tienen su firma, todo indica que tanto en Palacio Nacional como en  “La Chingada”, Chiapas ya les agotó la paciencia con este oscuro personaje.

Por lo pronto, el coordinador de los senadores de Morena deberá sortear esta semana un par de situaciones que, de solventarse, desfavorablemente para él, lo estarían empujando a su defenestramiento político.

La primera presenta aristas muy peligrosas para él, pues el PAN en San Lázaro apuró a la Secretaría General de la Cámara de Diputados y a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) una demanda de juicio político en su contra por presuntos actos y omisiones que favorecieron al crimen organizado durante su gestión como gobernador de Tabasco, entre enero de 2019 y agosto de 2021. 

Además, solicitó su destitución e inhabilitación hasta por 20 años, así como la apertura de todos los procesos penales derivados de su mala praxis. Nadie le cree que no supiera de las tropelías de Bermúdez Requena… ni los suyos.

Y la segunda tiene tintes de una muy incendiaria rebelión interna, toda vez que, a un año de iniciar su gestión como coordinador de los senadores de Morena, López Hernández enfrenta la presión de 14 de las 34 legisladoras de su bancada, encabezadas por Guadalupe Chavira, para que rinda cuentas sobre los 338 millones 297 mil pesos que ha recibido en subvenciones para su grupo parlamentario, pues el tabasqueño se ha hecho como el tío Lolo con la transparencia que tanto cacarean los guindas.  

Y es que ninguna de ellas está contenta con el trato preferencial que el tabasqueño le brinda a la chihuahuense Andrea Chávez Treviño. De ahí su exigencia de ser tratadas con igualdad o que se designe a otro coordinador.

La lectura es simple: Se acerca la caída y el ocaso es esta corcholata a la que se le subieron los humos.

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