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Por Ricardo Sevilla

El poder no debería ser un escenario para la farándula criminal.

Pero, lamentablemente, eso se queda en el terreno de la teoría. En la práctica es otra cosa.

Y es que la detención de Alejandro “N”, alias ‘El Choko’, presunto líder del grupo criminal La Chokiza, demuestra que, en la realidad, la situación es brutalmente diferente . Y preocupante.

Sobre todo al observar la relación que existe entre este individuo y la exalcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas.

Esta relación (de amistad, camaradería, noviazgo o lo que sea) está documentada en videos y fotografías que pueden verse en las redes sociales.

A decir verdad, poco importa el tipo de relación que tengan, si es sentimental o superficial.

Lo que alarma es que existe.

Y preocupa porque las acusaciones contra ‘El Choko’ son graves y de alto impacto: extorsión, tráfico de drogas, homicidios y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.

Y le digo más: la Chokiza, de acuerdo con diferentes fuentes de seguridad, es una banda de delincuentes que ha expandido su influencia en zonas estratégicas, utilizando la violencia como principal herramienta para someter a sus víctimas y rivales.

Por eso llama la atención –y ofusca– la relación entre Cuevas y ‘El Choko’.

¿O a usted no le ofusca esta simbiosis entre poder político y poder criminal?

Yo creo que sí.

¿Y sabe por qué? Porque estos lazos de “amistad” permiten a los grupos delictivos consolidar su control territorial y social, mientras que los políticos obtienen recursos (financiamiento ilícito, control de votos a través de la coacción, etc.) y una base de poder informal.

La figura de Sandra Cuevas, que destila agresividad y jamás renuncia a una confrontación ni a su búsqueda de popularidad, puede haber visto en estos malandrines una forma de proyectar una imagen de fuerza y control en las calles.

Pero se ha enlodado hasta el cuello.

¿Y sabe por qué? Porque el verdadero escándalo no es el romance (que puede tenerlo con quien desee), sino por la red de protección que permite que estos delincuentes sigan impunes.

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