Cristian Millan
Samuel Eto’o ha enfrentado una serie de acusaciones que han puesto en entredicho su gestión al frente de la Federación Camerunesa de Fútbol (Fecafoot). El exfutbolista, considerado una leyenda del deporte africano, ha visto su nombre vinculado a múltiples señalamientos que podrían comprometer seriamente su carrera directiva.
Se le ha acusado de participar en el presunto arreglo de partidos de la segunda división de Camerún. Este señalamiento ha encendido alarmas sobre la integridad de las competiciones locales, ya que socava la credibilidad del fútbol camerunés y genera preocupación en organismos internacionales.
En el ámbito internacional, Eto’o ha enfrentado problemas legales en España, donde ha sido acusado de evasión fiscal por una suma millonaria. Este proceso podría derivar en sanciones económicas y judiciales que afectarían su reputación y patrimonio.
Dentro de la Fecafoot, su gestión ha sido cuestionada por supuesta manipulación electoral y acciones contra miembros opositores. Se ha denunciado que ha utilizado su posición para influir en procesos internos, lo que ha desatado tensiones políticas dentro del organismo.
Otro de los puntos más delicados ha sido su presunta relación con una empresa rusa de apuestas. Este vínculo ha sido considerado un conflicto de interés y una posible violación a las normativas de la FIFA, aumentando la presión sobre su continuidad como dirigente.
Además, ha sido acusado de desviar fondos provenientes de partidos amistosos de la selección camerunesa. Este hecho ha motivado investigaciones por parte de la FIFA, la Confederación Africana de Fútbol y las autoridades deportivas de su país.
Las investigaciones en curso han colocado a Samuel Eto’o en una posición crítica. El resultado de estos procesos podría definir no solo su futuro en el fútbol, sino también el rumbo de la Fecafoot, que atraviesa uno de los momentos más turbulentos de su historia reciente.
