De siempre hemos vivido en España bajo el mando de la monarquía. Los dos experimentos de república que vivimos fueron desastrosos. El primero que terminó con un golpe de estado en 1871, con un general entrando a lomos de un caballo en el Congreso de los Diputados. Y el segundo con una guerra civil que dejó un millón de muertos entre hermanos que se mataron entre sí. Con estas dos experiencias tan negativas, para qué queremos más.
Junto con Carlos I, Felipe II y Carlos III, Don Juan Carlos I ha sido uno de los reyes más importantes que ha dejado la historia de España. Cuando acabó la dictadura, España miró hacia el futuro con perspectiva y dignidad gracias a Don Juan Carlos.
El monarca capitaneó el barco llamado España luchando contra oleajes y piélagos. Las estelas de la dictadura de Franco tenían todavía mucha luz. La inflación a finales de los setenta golpeaba España con fuerza mientras el desempleo era muy elevado. Los terroristas de ETA asesinaban un día sí y otro también a militares, políticos, jueces o periodistas. España asomaba la cabeza a democracias europeas estables y maduras mientras la nuestra intentaba cumplir la mayoría de edad.
Con todo este panorama y con un País Vasco y Cataluña que buscaban la independencia, intentando quebrar al estado, Don Juan Carlos tuvo que arremangarse y dar la cara por los españoles.
Fue él el primero en enseñarle las fauces a los militares en el intento del golpe de estado a principios de los años ochenta. El Rey sacó su mejor versión cuando salió en televisión diciendo que la democracia estaba a salvo y que pudo parar ese golpe de estado que, sin su concurso, habría fructificado.
Luego llegó el ingreso en la OTAN y en la Unión Europea, y España despegó. Pasaron muchos eventos y el Rey, Don Juan Carlos, siempre fue el primero en estar a la altura de las circunstancias. Consiguió los más prósperos negocios para las empresas españolas e hizo de España un país serio y atractivo.
La historia sabe juzgar y juzgará a Don Juan Carlos como un gran monarca a pesar de las reticencias actuales, de los separatistas catalanes y vascos o de grupos intelectualmente muy pobres de la izquierda rancia que buscan intentar provocar la caída de la monarquía e instaurar la república. Para eso tienen que golpear a la Corona. Como no pueden con el actual monarca Felipe VI, golpean a Don Juan Carlos.
A sus 87 años Don Juan Carlos debería volar a España y dejar el ostracismo impuesto por esta izquierda de salón, que solo se nutre para ella.
Yo creo que hasta que la situación política en España no se normalice, el rey no parece que vaya a volver.
Me produce vergüenza y hasta asco que un grupo de personajes ignorantes, sin una seriedad intelectual sean los que no dejen volver a un español que se dejó la piel porque España se convirtiera en un país de referencia.
@pelaez_alberto