Ultimo Messaggio

Puebla falla en penales y se despide de la Leagues Cup en Seattle Sounders Fiscalía de Jalisco indaga supuesta fosa clandestina en un panteón

Durante meses, la narrativa oficial en Washington giró en torno a una supuesta fortaleza económica que desafiaba la lógica. A cada nuevo paquete arancelario o a cada amenaza de guerra comercial, la Casa Blanca insistía en que los hechos hablaban por sí solos: el empleo se expandía, la inflación se mantenía bajo control y los mercados bursátiles alcanzaban récords históricos. El problema es que esos “hechos” descansaban en estadísticas preliminares que hoy, a la luz de las revisiones más recientes, resultan frágiles.

El dato que marca el giro es contundente. La Oficina de Estadísticas Laborales reportó que en julio apenas se crearon 73,000 empleos, muy por debajo de los 104,000 previstos por los analistas. Más grave aún, las cifras de los dos meses anteriores —que se habían presentado como un auge de 291,000 nuevos puestos— fueron corregidas a la baja: el saldo real es de sólo 33,000 empleos. Y la tasa de desempleo, por su parte, aumentó en 4.2%. En otras palabras, lo que parecía una bonanza laboral terminó siendo uno de los trimestres más débiles desde 2010, salvo el año inicial de la pandemia.

El cuadro es más preocupante cuando se observa la composición de esos empleos. Todo el crecimiento provino del sector salud, que por su naturaleza está relativamente blindado frente a los ciclos económicos. Sin esa rama, la economía habría perdido casi 100,000 empleos netos en el trimestre. Y la manufactura, el rubro que debía ser rescatado por la política arancelaria, acumula ya tres meses consecutivos de pérdida de puestos de trabajo. Sin duda, el espejismo se topa con la realidad de cadenas globales profundamente entrelazadas, que no se reconfiguran por decreto.

Además, los precios muestran una dinámica inquietante. El índice de inflación se situó por encima de la meta de 2%, con incrementos en mayo y junio que fueron revisados al alza. Al mismo tiempo, el crecimiento económico y el gasto de los consumidores resultaron considerablemente más bajos de lo esperado en la primera mitad de 2025; generando así, una combinación de bajo crecimiento, debilidad laboral e inflación creciente que aproxima el escenario temido por Trump.

Lo paradójico es que la aparente resistencia inicial de la economía llevó al gobierno a redoblar su apuesta. La lectura fue que las advertencias de recesión estaban equivocadas, y que los aranceles no sólo eran soportables, sino incluso fuente de prosperidad; pero hoy, las revisiones estadísticas debilitan esa confianza y la reacción política completa el cuadro de desconcierto.

A pesar de todo, el desenlace todavía no está escrito. Es posible que la economía logre un rebote en la segunda mitad del año. Pero el margen de confianza se ha debilitado. Lo que se presentó como prueba de que el proteccionismo revitalizaría a Estados Unidos resultó ser, en el mejor de los casos, un espejismo estadístico. Hoy, con un mercado laboral que se debilita y los precios están al alza, el experimento trumpista luce menos como un renacimiento industrial y más como un salto al vacío.

 

Consultor y profesor universitario
Twitter: Petaco10marina
Facebook: Petaco Diez Marina
Instagram: Petaco10marina

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *