Redacción
El creador de contenido Camilo Ochoa Delgado, conocido en redes sociales como El Alucín, fue asesinado este sábado al interior de su domicilio ubicado en el fraccionamiento Lomas de Cuernavaca, en el municipio de Temixco. De acuerdo con los reportes oficiales, un hombre encapuchado irrumpió en la vivienda y disparó en repetidas ocasiones contra él, para luego huir en un vehículo blanco.
El cuerpo de Ochoa, de 42 años, fue hallado en el baño de la casa alrededor de las 17:00 horas por sus familiares. Paramédicos confirmaron que ya no contaba con signos vitales y presentaba múltiples heridas de bala. La Fiscalía General del Estado de Morelos aseguró el área y desplegó a peritos para las primeras diligencias, además de establecer coordinación con autoridades federales a través de la Mesa de Seguridad.
Versiones de testigos indicaron que el agresor vestía sudadera gris y pantalón de mezclilla. Tras ejecutar el ataque, escapó en un Chevrolet blanco sin que hasta el momento se reporten personas detenidas. En la vivienda se localizaron puertas con impactos de bala, lo que evidenció la violencia del ataque.
Ochoa había alcanzado notoriedad en los últimos años tras participar en entrevistas con figuras mediáticas como Adela Micha y Gusgri, donde reconoció haber tenido vínculos con el Cártel de Sinaloa. En una de esas conversaciones declaró haber trabajado como sicario en su juventud y reveló que pasó siete años en prisión. También afirmó ser hijo de Arnoldo de la Rocha, fundador de la cadena Pollo Loco.
Su presencia en redes sociales lo colocó en medio de la polémica, pues además de narrar episodios de su vida ligados al narcotráfico, apareció recientemente en un boletín difundido por el periodista Carlos Jiménez. En ese documento se le señalaba como operador financiero de una célula del Cártel de Sinaloa junto con personajes como Markitos Toys y Peso Pluma, acusados de ser prestanombres y colaboradores de “Los Chapitos”.
La vida de Ochoa también estuvo marcada por la violencia. En 2004, relató haber sido víctima de un secuestro en Nuevo Laredo, Tamaulipas, presuntamente perpetrado por integrantes de Los Zetas, quienes lo privaron de la libertad con el uso de decenas de hombres armados que se hicieron pasar por agentes de la Agencia Federal de Investigación.
Con su asesinato, se cerró un capítulo de una figura mediática que navegó entre el mundo digital y los vínculos con el crimen organizado. Las investigaciones continúan a cargo de la Fiscalía estatal, que mantiene bajo resguardo el domicilio mientras se recaban pruebas y testimonios.
