Redacción
Estados Unidos inició el despliegue de más de cuatro mil marines en aguas de América Latina y el Caribe, en una operación enfocada en reforzar la lucha contra los cárteles de la droga. La movilización incluye al Grupo Anfibio Listo de Iwo Jima y a la 22 Unidad Expedicionaria de Marines, integrados al Comando Sur como parte de un reposicionamiento militar que ha incrementado su presencia en la región.
A las unidades navales y de infantería se suman un submarino de ataque nuclear, un avión de reconocimiento P8 Poseidon adicional, varios destructores y un crucero con misiles guiados. Estos recursos se orientan a contrarrestar amenazas que autoridades estadounidenses atribuyen a organizaciones narcoterroristas con presencia en el continente.
Fuentes del sector de defensa señalaron que el aumento de fuerzas constituye, por ahora, una muestra de poder militar. La intención principal es enviar un mensaje disuasorio, aunque la operación también otorga al presidente de Estados Unidos un rango más amplio de opciones en caso de ordenar acciones específicas contra los grupos criminales.
El despliegue contempla capacidad de combate aéreo y operaciones anfibias, lo que incrementa la versatilidad táctica de las fuerzas en el terreno. No obstante, la posible participación directa de marines en interdicciones de drogas genera dudas entre algunos mandos, debido a la limitada experiencia de estas unidades en labores de combate al narcotráfico.
Ante ese escenario, se prevé que, en caso de participar en operaciones directas, las fuerzas de infantería dependan del apoyo de la Guardia Costera. La operación se desarrolla en un contexto de creciente presión del gobierno estadounidense para frenar el flujo de drogas y debilitar las estructuras criminales en la región.
