Enfermarse nunca es barato y en México cada vez cuesta más dinero del bolsillo de las familias atender un padecimiento. Pero gastar de tu bolsa para atender un padecimiento no solo significa ese problema, sino que es un resultado de una falla más grande del sistema de salud.
En 2024, aproximadamente 287 mil hogares se empobrecieron como resultado directo del gasto en salud. Es decir, atender una enfermedad de uno de sus miembros significó que dejaran de cubrir otros rubros como la educación, la alimentación o la vivienda.
Lo que reflejan estas cifras es que las personas cada vez se recargan menos en el sistema público de salud para atender sus padecimientos. Y eso es preocupante por varios motivos.
El primero es porque significa que la estructura de salud pública no es suficiente y, según los expertos, eso tendrá repercusiones a largo plazo.
El segundo riesgo está en la automedicación y el tercero en la falta de un seguimiento con un expediente para una persona. Atenderse en un consultorio con un médico que probablemente no vuelva a ver nos aleja de tener un seguimiento de un padecimiento y de la posibilidad de prevenir enfermedades. El seguimiento de enfermedades que tienen una relevancia epidemiológica es otro foco rojo.
Los consultorios adyacentes a farmacias han tenido un crecimiento de 38 por ciento en los últimos 10 años. Lo que algunos expertos relacionan como una necesidad de tener un sistema de salud que sustituya a la red de hospitales del Estado mexicano.
Los lugares de consulta iniciaron su expansión en 2005 con algunas unidades en cientos de farmacias y para 2018 ya tenían 10 mil unidades en todo el país.
Se han hecho estudios en el Instituto Nacional de Salud Pública que detallan que las personas acuden a esos consultorios porque los servicios no son costosos, el tiempo de espera puede ser menor al que se tiene en los hospitales públicos y tienen una mayor probabilidad (67 por ciento) de que les receten medicinas.
Y ahí viene otra variante del problema, según el INEGI, los hogares en México cada vez gastan más de su bolsillo para atender sus padecimientos de salud. En 2024 el gasto para atender temas que tienen que ver con salud significaron hasta 1605 pesos al trimestre para las familias. Eso es 40 por ciento más que lo que se gastaba en 2018.
Todos estos números acusan síntomas de un sistema que no está completamente sano. Los estudios que tienen que ver tanto con el gasto de las personas en la salud como con el crecimiento de los consultorios adyacentes a farmacias son muchos y con distintos grados de profundidad.
Y aquí viene la duda genuina: si tenemos tantos datos acusando síntomas, ¿qué se necesita para remediar un padecimiento en el sistema público de salud? Quizá debemos concentrarnos en buscar la cura antes de que el remedio salga más caro.El que haya un sistema paralelo de salud al del Estado puede traer consecuencias para la salud pública que veremos solamente cuando los síntomas se agudicen.
@Micmoya