Entre los más de 380 atletas que la delegación mexicana tiene en Asunción 2025, hay un nombre que resalta por su reciente participación con el equipo de nado artístico femenil: Diego Villalobos, un deportista de 20 años que, más allá de buscar el éxito continental, tiene como meta inmediata continuar su labor de pionero e impulsar a las próximas generaciones.
Cuatro veces medallista en Campeonatos Mundiales de Deportes Acuáticos entre 2023, 2024 y recientemente en Singapur 2025, Diego regresó la semana pasada de Asia, después de convertirse en el primer tricolor en participar en el equipo de natación artística, rodeado de las denominadas sirenas mexicanas.
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“Para estos Juegos Panamericanos Junior solo espero sentirme bien con mi rendimiento y buscar el mejor resultado posible, pero entiendo que esto solo será el inicio de un proceso rumbo a Centroamericanos, Panamericanos mayores y ojalá que Juegos Olímpicos”, aseguró.
Tritón experimentado
Parte de los atletas con mayor experiencia internacional junto a Angela Ruiz o Etan Nuño, Villalobos considera que los eventos juveniles pueden considerarse como ese último eslabón en el que los deportistas aún pueden disfrutar la competición sin tanta presión. “Yo que voy por última vez a este tipo de eventos lo veo así, como la oportunidad de vivir la prueba de distinta manera”.
Compañero de Itzamary González en el Campeonato Mundial de 2023, en donde obtuvo plata y dos bronces en 2024 con Miranda Barrera y Trinidad Meza, en Paraguay Villalobos compartirá alberca con Nayeli Mondragón, elemento de recién ingreso al seleccionado mayor, pero que aún vive el proceso juvenil con 18 años de edad.
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“Con ella participé en el Mundial Junior en 2024 así que el entendimiento existe. Y la visión que siempre hay en la natación artística es aprender de cada compañero y estamos seguros que en Asunción todo va a fluir entre nosotros”, destacó.
Con rutinas planificadas para el dueto técnico mixto y el mixto libre, el aficionado a la danza y el ballet preparó, junto a los entrenadores, algunas sorpresas, tales como una rutina que mezcla el misterio y misticismo, además de otro baile en el agua con música de tango.