Los mexicanos seguimos a la espera de la firma del “inminente acuerdo de cooperación en materia de seguridad’’ con Estados Unidos, según anunció la presidenta Claudia Sheinbaum hace una semana.
Tal acuerdo ha generado expectación pues entre lo que se supone que contendrá y lo que a oscuras ha firmado el presidente Donald Trump, hay una enorme diferencia.
Según la Presidenta, el acuerdo “inminente’’ establecería las bases de la cooperación para el combate a la delincuencia organizada, con pleno respeto a las determinaciones particulares de cada país, su territorio y su “soberanía’’.
Sin embargo, al día siguiente del anunció, medios estadounidenses revelaron que el presidente Trump había firmado en secreto una orden ejecutiva mediante la cual autorizaba al Pentágono actuar con los cárteles de la droga, considerados terroristas, por aire, tierra y mar… fuera del territorio de EUA.
Sheinbaum dijo, en respuesta, que el acuerdo estaba “a punto’’ de firmarse y que no habría “invasión’’ de tropas de Estados Unidos en nuestro país.
En estricto sentido, el documento firmado por Trump no habla de “invasión’’; se entiende que serán operaciones (en cualquier país del mundo con cárteles considerados terroristas), en las que lo mismo podrían utilizarse drones o equipos militares de élite.
Lo que llama la atención es que la Secretaría de Relaciones Exteriores, que envió un comunicado muchas horas después de la revelación periodística, luego de reiterar que el acuerdo respetara todo lo que ya sabemos que dicen que no se tocará, termina con un último párrafo en el que deja tambaleante la posición del país.
“México no aceptaría la participación de fuerzas militares estadounidenses en nuestro territorio“.
¿Por qué no se dejó claramente marcado “México NO ACEPTA’’ y en cambio se dejó esa ventana semántica?
Esperemos el acuerdo.
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Como anillo al dedo le cayó al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, el caso del “huarachicol’’, un pleito con Adidas por haberse apropiado de un diseño de huaraches locales.
La reconocida marca mundial aceptó que su diseñador se plagió el diseño y que por lo tanto, estaba en la disposición de negociar con el gobierno estatal para buscar una reparación del daño.
Bueno, Jara ha vendido este hecho como un logro similar a ganar la guerra mundial, intentando con ello desviar la atención de los gravísimos problemas de inseguridad y salud que tiene la entidad.
Los hospitales regionales no tienen ni paracetamol (y mire, que en México eso sí ya es un récord) y la inseguridad campea en todo el territorio de este antes pacífico estado.
Está bien, se ganó una batalla, pero a ver para cuándo se gana la guerra a la falta de medicamentos y a la inseguridad.
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La jefa de gobierno de la CDMX, Clara Brugada, anunció la semana pasada que regalará (r-e-g-a-l-a-r-á) 8,500 pesos mensuales por un año a adultos jóvenes con familia pero sin empleo, y se prepara para anunciar hoy ¡otro programa clientelar!
Se tratará de un programa que busca compensar (no se sabe si con efectivo, como es la tradición), a las mujeres que se dedican a cuidar a familiares enfermos crónicos.
No se niega que la intención sea buena, pues todas las familias mexicanas han pasado por una situación similar, pero lo que no queda claro es de dónde está sacando dinero Clara para financiar esos programas.
Debería ser una exigencia que se presentaran los estudios socio-económicos y las proyecciones actuariales para conocer cómo se financiarán tales programas, no vaya a ser que cuando deje el cargo, deje las arcas quebradas.
@adriantrejo