Con el objetivo de reforzar la protección ambiental en una región que forma parte de uno de los acuíferos más importantes de América Latina, se reforman los lineamientos de la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes, una zona estratégica para el abastecimiento de agua y que ahora abarca una superficie de más de 213 mil hectáreas en 54 municipios yucatecos.
Para el biólogo Luis Martín Yam Herrera, investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán, esta modificación es “un avance necesario” para preservar la principal fuente de agua del estado.
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El especialista señaló que uno de los beneficios más importantes será la elaboración de un nuevo programa de manejo actualizado del acuífero, que podría traducirse en mejores prácticas agrícolas, regulación del turismo y promoción de infraestructura sanitaria que evite la descarga directa de aguas residuales.
“Este nuevo decreto permitirá integrar una visión geohidrológica más clara, lo que puede ayudar a identificar zonas prioritarias de conservación, implementar monitoreos más rigurosos y controlar actividades contaminantes”, explicó.
Además, “redefine la delimitación de la reserva, que ahora incluye tierras ejidales y particulares de municipios como Acanceh, Homún, Tecoh, Cuzamá, entre otros”, precisó el biólogo.
Este plan, asegura el documento, estará orientado en la conservación, uso sustentable y aprovechamiento de los recursos ambientales del área y deberá publicarse en un plazo no mayor a seis meses.
PUNTO ESTRATÉGICO
La región del Anillo de Cenotes representa un punto neurálgico en la recarga del acuífero que abastece a Mérida y su zona metropolitana, pues de acuerdo con el decreto, 38 por ciento del agua extraída en Yucatán proviene de esta zona.
Sin embargo, sólo 2.4 por ciento de las aguas residuales municipales reciben tratamiento, lo que implica una amenaza de contaminación al sistema subterráneo.
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Yam Herrera dijo que en el área se descargan anualmente más de 32 millones de metros cúbicos de aguas residuales, la mayoría sin tratamiento, como desechos industriales, de nixtamal, agroquímicos y lodos sépticos.
Actualmente, muchas comunidades locales se dedican a la apicultura, artesanías y turismo relacionado con cenotes, por lo que el decreto busca impulsar un modelo de turismo sustentable y conservación ambiental que beneficie a la economía local. También destaca el valor histórico y cultural de la zona.