Miles de aficionados presenciaron el funeral de Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal, en su ciudad natal de Birmingham, Inglaterra, antes de un sepelio íntimo.
Al frente, un coche fúnebre negro transportaba al líder de Black Sabbath, cubierto de flores rosas que formaban el nombre “Ozzy”.
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La procesión se detuvo frente al “Black Sabbath Bridge”, donde la familia del cantante, incluida su esposa Sharon, depositó flores.
Con lágrimas en los ojos y la cabeza baja, Sharon fue vista abrazando al alcalde de la ciudad, Zafar Iqbal. Estaba acompañado por sus tres hijos, Aimee, Jack y Kelly, y saludó a la multitud que coreaba el nombre del cantante.
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El puente “Black Sabbath Bridge”, sobre el que hay un banco con los rostros de los cuatro miembros de la banda, está cubierto desde el anuncio del fallecimiento de la estrella con una montaña de ramos de flores, globos y mensajes dejados por numerosos admiradores.
Muchos vestían de negro y llevaban camisetas o chaquetas con la imagen del “Príncipe de las Tinieblas”.
Los fans comenzaron a llegar mucho antes del inicio de la procesión.
El cortejo recorrió Broad Street, donde las aceras están decoradas con estrellas que llevan los nombres de figuras destacadas de la ciudad —entre ellas Ozzy Osbourne—, al estilo del Paseo de la Fama de Hollywood.
“Era importante estar aquí porque hizo mucho por la ciudad”, dijo Reece Sargeant, de 16 años, acompañado de varios amigos.
Para quienes no pudieron asistir, el evento fue transmitido en directo por internet.
