México redujo su nivel de autosuficiencia alimentaria a 48%, al aumentar la importación de maíz, a pesar de ser uno de los principales ingredientes de nuestra cultura.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advirtió que los últimos 15 años nuestro país aumentó 163% la introducción del grano en los periodos de enero a junio de 2010 a 2025 al subir las importaciones conjuntas de maíz blanco y amarillo de 4.63 millones de toneladas métricas hasta 12.18 millones de toneladas.
Juan Carlos Anaya, director de la consultoría, explicó que en el caso del maíz amarillo, durante 2024 se alcanzó un récord en importación de 11.77 millones de toneladas métricas, un incremento de 27% de acuerdo a las cifras de 2023.
Explicó que este año, se observa una leve caída de -2%, con 11.59 millones de toneladas y sigue siendo el componente dominante en las compras externas.
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Sobre maíz blanco que se ocupa mayormente para consumo humano se han traído 0.59 millones de toneladas métricas, un nivel ligeramente superior al registrado en 2011 (+2%), pero sigue 13% debajo de 2012 y 8% inferior a 2016, años récord en importación.
El paradigma
La agroconsultora resaltó que un paradigma es el diferencial de precios donde este año el maíz amarillo se paga en un precio cercano a 1,000 pesos por tonelada más barato que el blanco, lo que ha incentivado su uso en industrias que antes usaban el balnco como las de frituras, cereales y otros procesados.
“Este cambio responde estrictamente a criterios de competitividad económica, no necesariamente nutricionales o culturales”, agregó Juan Carlos Anaya.
Comentó que además por tercer año consecutivo, México se posiciona como el mayor importador de maíz a nivel global, debido a que su producción interna no crece al ritmo del consumo.
“Esta brecha estructural entre oferta y demanda no solo evidencia un desafío de política agroalimentaria, sino que también consolida a Estados Unidos como el principal proveedor, dada su cercanía logística, volumen y precios competitivos”.
Destacó que esta dependencia estructural urge a reafirmar una política pública distinta, ante la creciente dependencia de las importaciones de maíz, en un contexto de reducción del indicador de autosuficiencia, lo que exige una revisión urgente de la estrategia nacional de producción.
“El uso creciente de maíz amarillo en la industria, el estancamiento de la producción interna y el rol dominante de EU como proveedor consolidan una relación de vulnerabilidad estructural que podría tener consecuencias económicas y geopolíticas a mediano plazo”.