La abuelita de la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), como era popularmente conocida María del Jesús Mundo, de 79 años de edad, falleció en ese mismo sitio.
Durante tres años y medio esperó sentada, parada o cantando, mientras añoraba el regreso de su hija Alma, a quien se llevaron a la frontera.
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“Se llevaron a una de mis hijas para la frontera y bueno, pues bendito Dios que regrese bien, ya nada más asearme e ir a la 5 de Mayo a darle gracias a mi señor de las Maravillas, yo confío mucho en él. No, pues se la llevaron, yo nada más supe que se la habían llevado en avión”, relató María de Jesús hace un año en entrevista con Cinco Radio.
Foto: Redes Sociales | La abuelita murió la noche del 24 de julio en la CAPU.
La rutina de la abuelita de la CAPU
A pesar de que María de Jesús pasó años en la CAPU, los locatarios cercanos no la conocían. “Sólo estaba ahí sentada”, comentó Vanesa, quien es vendedora al interior de la central de autobuses.
Por otra parte, Miguel, quien atiende un pequeño local de chocolate, destacó en entrevista que ella se sentaba atrás del local, cerca del ventilador que tiene el puesto de dulces. En esta zona, el ventilador emanaba un poco de calor por el motor, así que posiblemente Doña Mundo disfrutaba de la calidez.
Según el testimonio de Miguel, María de Jesús caminaba en las mañanas para sentarse en unas bancas de aluminio a tomar el sol.
Fallece en la CAPU
De acuerdo con los primeros reportes, doña Mundo murió sentada la noche del 24 de julio en la CAPU.
Fueron paramédicos de la Cruz Roja quienes confirmaron el deceso, el cual fue por causas naturales. Además, equipos de la Fiscalía General del Estado y Servicio Forense realizaron las diligencias correspondientes.
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Doña Mari, como le decían de cariño, era originaria de Tehuacán. Ella tenía tres hijos, sin embargo, ninguno de sus familiares se hizo responsable de ella.
La señora Mundo sobrevivía de la caridad, de donaciones de las personas y locatarios que le daban pañales, papel higiénico y comida. Todos los días, María de Jesús miraba con esperanzas en la puerta de entrada de la terminal, esperando que llegara su hija Alma. Pero ese día nunca llegó.