Las delegaciones de Rusia y Ucrania concluyeron una tercera ronda de negociaciones directas en Estambul, sin avances significativos para poner fin a la guerra iniciada hace más de tres años. Ambas partes coincidieron en que sus posturas siguen “muy alejadas”, aunque acordaron un nuevo canje de al menos mil 200 prisioneros por cada bando.
El jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, declaró que discutieron “largamente” las propuestas en la reunión previa, pero las posiciones continúan sin convergencia. Moscú ofreció entregar los cuerpos de tres mil soldados ucranianos caídos y propuso treguas de hasta 48 horas para permitir la recuperación de muertos y heridos en el frente.
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Ucrania, por su parte, planteó un encuentro entre los presidentes Volodimir Zelenski y Vladimir Putin a finales de agosto, posiblemente con la presencia de los mandatarios de Estados Unidos, Donald Trump, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. El último cara a cara entre ambos dirigentes ocurrió en 2019.
El Kremlin ya había anticipado que no se esperaban avances y recalcó que las propuestas siguen siendo “diametralmente opuestas”. Mientras Moscú exige que Kiev renuncie a la entrega de armas occidentales, así como a sus aspiraciones de ingresar a la OTAN, Ucrania descarta ceder territorios ocupados y exige un alto al fuego de al menos 30 días.
En paralelo, Washington aprobó una nueva venta de armas a Kiev por 322 millones de dólares, destinada a reforzar sus defensas aéreas. Es la segunda operación de este tipo desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, quien presiona por una salida negociada, hasta ahora sin concesiones por parte del Kremlin.