Redacción
Toluca rugió en California. Con garra, fútbol y determinación, los Diablos Rojos se impusieron 3-1 al América y se coronaron Campeón de Campeones en un duelo vibrante disputado en Carson ante más de 27 mil aficionados. El conjunto escarlata comenzó en desventaja, pero respondió con contundencia y carácter para llevarse el título y cerrar la temporada con broche de oro.
El partido arrancó con susto para Toluca: apenas al minuto 2, Alejandro Zendejas puso al frente al América con un remate preciso que encendió las alarmas. Sin embargo, la reacción del equipo mexiquense fue inmediata. Diez minutos después, Franco Romero igualó los cartones tras una jugada a balón parado que desató la euforia escarlata. El empate cambió el ritmo del encuentro y dio paso al dominio toluqueño.
En la recta final del primer tiempo, Toluca golpeó donde más duele. Bruno Méndez apareció al 45+5 para mandar el balón al fondo y poner el 2-1 justo antes del descanso. Un gol que no solo cambió el marcador, sino también el ánimo de ambos equipos: Toluca creció, América se apagó.
Ya en el complemento, Valber Huerta aprovechó una falla defensiva para firmar el 3-1 al minuto 53 y sentenciar el rumbo del duelo. Con ventaja en el marcador, Toluca supo controlar el trámite y enfriar los intentos azulcremas. La zaga escarlata se mostró sólida, con orden y firmeza para resistir sin mayores sobresaltos.
La fiesta se vivió en el Dignity Health Sports Park, donde miles de aficionados crearon una atmósfera única. El duelo entre dos gigantes del fútbol mexicano cruzó fronteras y encendió pasiones en suelo estadounidense. Banderas, cánticos y emoción no faltaron en una noche de fútbol de alto nivel.
El árbitro Víctor Alfonso Cáceres Hernández cumplió con un trabajo discreto pero efectivo, sin protagonismo innecesario. El ritmo del partido fue fluido, sin interrupciones excesivas, lo que permitió que el espectáculo brillara dentro del campo.
Con este título, Toluca suma una nueva estrella a su historia y confirma que está de vuelta como protagonista del fútbol nacional. La mezcla entre juventud, experiencia y orden táctico ha sido la fórmula del éxito. Los Diablos Rojos están ence