Tlahuapan, Puebla, es uno de los bosques en los cuales aún se puede ser testigo de un fenómeno natural cada vez más difícil de encontrar: el avistamiento de luciérnagas.
Entre junio y agosto, este evento es visible desde ese recinto, aunque julio es el mejor mes para vivir esta experiencia, pues durante estas fechas, dichos insectos nocturnos alcanzan su fase adulta, comienzan a buscar una pareja para reproducirse y provoca un tintineo de luces amarillas entre las hojas y los troncos del bosque, lo cual, en el mejor de los casos, culmina con dos luces que parpadean simultáneamente.
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Es necesario ir acompañado por un guía certificado, para recorrer los senderos totalmente a oscuras. Para que dichos insectos destellen luz, es necesaria la combinación de luciferina (sustancia química en su organismo) y luciferasa (enzima).
Como algunas especies ya no se han vuelto a ver, se recibe ayuda de los espacios ecoturísticos de avistamiento, dijo Gabriela Vázquez Núñez, representante de los sitios de Tlalpujahua San Vicente y Janikua Luciérnaga Tinskani.
PUEBLA ACOGE A 40 ESPECIES
México alberga cerca de 300 especies de luciérnagas. En Puebla hay alrededor de 40, y en el Santuario sólo se puede observar a la especie Photinus palaciosi, que tiene un ciclo de vida de alrededor de un año.
La mayoría se encuentran en zonas húmedas, en pantanos, en áreas boscosas, donde sus larvas tengan el alimento suficiente para completar su desarrollo.
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Las luciérnagas pasan la mayor parte de su vida bajo tierra, desde que las hembras colocan los huevos cerca de charcos o fuentes de agua, para luego pasar a ser larvas y posteriormente pupas.
Estos seres bioluminiscentes emiten luz durante toda su vida.
Tras salir a buscar pareja, los machos dejan de alimentarse y vuelan en busca de las hembras sobre hojas o el suelo, mientras que éstas son incapaces de volar.
Si bien no hay un registro preciso sobre la población de luciérnagas en este Santuario o siquiera del país, se cree que dicha especie disminuye su población, ya que hace algún tiempo podían apreciarse en núcleos urbanos o cercanos a la ciudad y ahora es necesario internarse en el bosque para verlas.
Parte de lo recaudado con el turismo en esta zona se destina al cuidado del bosque y todas sus especies.
Son insectos en peligro de extinción
Las luciérnagas desaparecen a un ritmo alarmante, debido a diversos factores como la pérdida de hábitat, la contaminación lumínica y el uso de pesticidas, los cuales contribuyen a su declive poblacional y, en algunos casos, a su posible extinción.
En 2019, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza añadió mil 840 nuevas especies a la lista roja, lo que elevó la cifra a 30 mil 178 en peligro de desaparecer.
Tanto las hembras como los machos usan sus luces para comunicarse, ya sea para aparearse o mantenerse alejados de intrusos en sus territorios; e inclusive, los destellos de sus luces pueden estar coordinados para dar ciertos mensajes entre sus grupos.
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No obstante, las luces artificiales de la calle, los hogares e inclusive de los automóviles, han provocado que este tipo de mensajes entre las luciérnagas se haga cada vez más difícil, lo que reduce la posibilidad de aparearse y continuar con la supervivencia.
Además, la urbanización y deforestación destruyen los ecosistemas donde ellas viven.
Expertos explican que en el mundo hay apenas 2 mil tipos de estos insectos, por lo que se deben buscar alternativas tendientes a lograr su supervivencia.