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La conquista de la aparentemente lejana y fría región de la Siberia moral a la cual debería enviarse toda corrupción, en el obradorismo y en cualquier régimen, será más fácil con un Iván mexicano nunca violento como el primer Zar de Rusia, pero ciertamente eficaz como ahora es quien, con el mismo nombre, aunque con apellido Escalante, se distingue en la Procuraduría Federal del Consumidor.

Afrontar las consecuencias de actos ilegales y omisiones dolosas parece más cercano con un servidor público dispuesto a poner puntos sobre las íes, así sea de legisladores morenistas.

Escalante, como su homónimo, fue directo al deslinde de causas y cosas. Se los hizo notar a legisladores en reunión de trabajo. Reglamentos y sanciones, no influyentismo de los morenistas más cercanos a las élites inicialmente desplazadas por el cambio de régimen que al movimiento encabezado ahora por la Presidenta Claudia Sheinbaum.

Una diputada, de cuyo nombre cervatinamente no quiso acordarse, llegó a llamarle para interceder por una gasolinería que sería sancionada. En otra ocasión recibió hasta cuatro llamadas diferentes de integrantes del mismo movimiento gobernante que intercedían por un hotel “fifí, muy fifí”, lo cual le llevó a buscar a la misma Presidenta; “Iván, dale, es tu chamba”, le respondió la Mandataria. Y le dio.

Para quienes recibieron una negativa a sus complicidades amistosas, Escalante podría representar un “Iván el Terrible” en los tiempos de la 4T. Así como el zar Iván IV Vasilyevich redujo la influencia de la nobleza feudal en la Rusia del siglo XVI, ahora desde la Profeco se evidencia una voluntad por eliminar la intervención de influyentes de minoría y la corrupción que aqueja también al estado de Tabasco y de lo cual está pendiente conocer las repercusiones para algún exgobernador ahora legislador.

Durante años prosperó el intermediario influyente, el gestor de favores, quien “conoce gente” y tiene “línea directa” con quienes deciden. Su “eficacia” se medía por la capacidad para resolver lo que en la lógica burocrática era imposible: evitar una clausura, liberar una obra, obtener un permiso.

Esa figura política atraviesa una crisis y la disposición política para actuar conforme a la ley, sin distingos de amigos, la coloca en vías de extinción. La presidencia de Sheinbaum, al igual que gobiernos como el de la Ciudad de México con Clara Brugada, han marcado distancia de los operadores e impuesto una interlocución institucional y desconfiada de gestiones informales. Los picaportes son otros y los derechos también… en general.

Los tabasqueños aún no contestan con intensidad ante las acusaciones contra Hernán Bermúdez, quien fuera secretario de Seguridad en el gobierno de Adán Augusto López, buscado por la Interpol por presuntos vínculos con grupos criminales. “Está saliendo toda la pudrición”, dijo el actual secretario de Gobierno de Tabasco, José Ramiro López Obrador.

Iván Escalante, “el terrible”, es buena noticia.

 

@guerrerochipres

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