Redacción
Durante una declaración pública junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia dirigida al gobierno ruso: impondrá aranceles del 100% si no se concreta un acuerdo con Ucrania en un plazo de 50 días.
La exigencia contempla el inicio de negociaciones que conduzcan al cese del conflicto y al establecimiento de un proceso de paz. La advertencia busca ejercer presión directa sobre Moscú para acelerar un entendimiento, en medio de un ambiente de tensión internacional por la falta de avances diplomáticos.
Trump se refirió a estas posibles tarifas como «aranceles secundarios», diferenciándolos de otras propuestas que han circulado en el Congreso estadounidense, donde sectores del Senado han promovido medidas más severas con aranceles de hasta el 500%. Aunque reconoció el impulso de sus correligionarios republicanos en esa dirección, el mandatario señaló que podría no ser necesario seguir esa ruta legislativa por ahora.
El mensaje forma parte de una estrategia que intenta reforzar el papel de Washington en la resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania, al tiempo que introduce un componente económico como herramienta de presión. La advertencia también subraya el distanciamiento entre la administración presidencial y las iniciativas bipartidistas que buscan castigar económicamente a Moscú a través de medidas más drásticas.
La amenaza de nuevas tarifas plantea un nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y Rusia, en un momento en el que la comunidad internacional sigue pendiente del rumbo que tomará la guerra y de los esfuerzos por alcanzar una salida negociada.