El líder norcoreano, Kim Jong Un, ofreció “apoyo total” a Rusia en la guerra de Ucrania durante un encuentro con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, celebrado en la ciudad costera de Wonsan. La reunión, descrita por la prensa oficial de Pyongyang como una muestra de “cálida camaradería”, refuerza una alianza estratégica que ha dejado de ser retórica para materializarse en el campo de batalla.
Según la agencia estatal KCNA, Corea del Norte ha suministrado armas y desplegado miles de tropas en la región rusa de Kursk para ayudar a expulsar a las fuerzas ucranianas. Lavrov agradeció personalmente la labor de los “heroicos soldados norcoreanos”, en lo que constituye uno de los pocos reconocimientos públicos de Moscú sobre el involucramiento directo de Pyongyang.
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Kim aseguró que la República Popular Democrática de Corea está lista para apoyar incondicionalmente las decisiones del Kremlin para resolver el conflicto “desde la raíz”, y expresó su convicción de que Rusia obtendrá la victoria en esta “sagrada causa”. Ambos cancilleres discutieron también la implementación de acuerdos previos, firmados durante la visita de Vladímir Putin a Corea del Norte en 2024, que incluyeron un pacto de defensa mutua.
Cooperación
El viaje de Lavrov a Pyongyang ocurre en un contexto de creciente cooperación militar y diplomática. Tras su paso por Corea del Norte, el canciller ruso llegó a Pekín, donde se reunió con su homólogo chino, Wang Yi. En el encuentro abordaron la guerra en Ucrania y las relaciones con EU.
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China, aunque no respalda abiertamente la invasión, ha evitado condenarla. Si bien pide el cese de los combates, también culpa a Occidente de prolongar el conflicto mediante el envío de armas a Kiev. La postura de Pekín contrasta con el alineamiento frontal de Corea del Norte, que se consolida como un actor beligerante en el tablero ucraniano.