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La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el próximo año su administración destinará un billón de pesos para los programas sociales contra los 835,000 millones de pesos destinados para este año.

 

Es decir, un incremento de 165,000 millones de pesos para becas, apoyos a adultos mayores, madres solteras, etcétera.

 

El aumento no será una concesión gratuita, pues dichos programas están en la Constitución y por lo tanto se convirtieron en una obligación para el gobierno y un derecho para la población.

 

Está bien, pero no está claro.

 

No está claro de dónde se obtendrán los recursos adicionales cuando el gobierno está tratando (al parecer sin éxito) de reducir el déficit fiscal pidiendo prestado menos.

 

Mientras que López Obrador endeudó al país con dos billones de pesos en el 2024, para ese año, Sheinbaum pidió “solo’’ 1.5 billones con el objetivo de reducir el déficit.

 

La Presidenta dice que la finanzas nacionales están sólidas y que ni siquiera está pensando en una reforma fiscal, contrario a lo que dijo el coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal.

 

El problema es que para el siguiente año, con una economía que no crecerá y que además está sujeta a los estados de humor de Donald Trump, con la caída de la inversión pública y probablemente del empleo, no se ve por dónde, si no es por la vía del endeudamiento, la Presidenta pueda hacer frente a las presiones financieras que ya representan los programas sociales.

 

Un ejemplo:

 

En el caso del apoyo bimestral de 6,200 pesos a los mayores de 65 años, diariamente 1,200 mexicanos se afilian a dicho programa.

 

El crecimiento anual de mexicanos que se afilian para recibir ese apoyo es de 4%.

 

Multiplique 1,200 por 365 días; después el resultado multiplique por 6,200 pesos y este resultado por seis, que son las veces que un mexicano mayor de 65 años recibe por año esta prestación.

 

De ese tamaño es la presión; y solo estamos hablando de un caso, pero hay una docena de programas federales y estatales que ya comienzan a exigir soluciones de mediano plazo porque no se puede vivir toda la vida del crédito.

 

El otro tema serán las pensiones.

 

Solo para que se dé una idea de este otro problema, este año el gobierno destinó de los 9 billones 302 mil millones de pesos de presupuesto, 1.5 billones para el pago de pensiones.

 

El problema se agravará si no se buscan soluciones por lo menos a mediano plazo. Pero tal parece, con todo y todo, que el PRI y su dirigente, Alejandro Moreno, tienen la mira bien orientada en este asunto.

 

Ya les contaremos.

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CiBanco no solo tiene problemas con las autoridades estadounidenses sino también aquí en el país, luego de la intervención gerencial de la Secretaría de Hacienda.

 

Ayer se corrió información sobre presuntos actos ilícitos a nivel directivo que habrían utilizado a la institución crediticia como caja personal con un esquema de triangulación con empresas fachadas y por lo menos dos bancos nacionales más.

 

Presuntamente, algunos altos directivos y/o accionistas, se prestaban millonarias cantidades entre ellos, sin garantías, sin reportes contables y (aparentemente) sin intención de reembolso.

 

En este proceso se ha involucrado a empresas como Servicios Electrónicos de Mercadotecnia Directa, S.A. de C.V. (SEMEDIR) y FINUS Financiera Sustentable.

 

Corresponde a las autoridades interventoras de la institución comprobar si la versión es cierta pues, de serlo, se pone en riesgo la credibilidad en el sistema financiero nacional.

 

     @adriantrejo

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