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Elio Henríquez/La Jornada/San Cristóbal de las Cass, Chis. – El sistema capitalista está operando en su fase actual “una transformación, pero no significa que vaya a desaparecer, sino más bien, es un reacomodo, una adaptación a las nuevas condiciones de lo que algunos llaman ‘sistema mundo’”, afirmó el Capitán Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

“Si el capitalismo apenas está tomando conciencia de la destrucción irreversible que ha provocado, no viene al caso, o cosa, según. Pero, frente a esto, ensaya o intenta diversas rutas”, agregó.

Señaló que “el zapatismo le concede al sistema la suficiente capacidad de destrucción como para acabar con un planeta, un mundo pues, supliendo una organización social por otra. De hecho, el capitalismo nace de una revolución. No son las revoluciones las que le preocupan, sino asegurarse que sigan la misma lógica piramidal: hay quien manda y hay quien obedece”.

En un comunicado en el que se refirió a “los mundos paralelos”, Marcos expresó que “la pirámide invertida es la base de las propuestas de las vanguardias, las transformaciones, las evoluciones y las revoluciones”.

En la pirámide, agregó, “hay arriba pocas personas y abajo hay muchas, pero las de arriba poseen muchas riquezas, y las de abajo no. La propuesta es ‘voltear’ la pirámide: que los que no tienen riqueza y están abajo, pasen a la punta de la pirámide, desplazando hacia abajo a los que detentan las riquezas”.

Abundó: “A primera vista, la inversión de la pirámide, voltearla pues, suena bien. Quienes siempre han estado abajo, tendrán su oportunidad de estar arriba. Y quienes están arriba, tendrán que sufrir las condiciones de abajo. El asunto es que, como son muchos los que están abajo, será difícil que se tomen decisiones, entonces aparece la representación, y para eso está la vanguardia, el partido político. Ocurrirá que la pirámide no se ‘volteó’, sino que se reprodujo con otra nomenclatura: las burocracias hechas partidos políticos buenos, malos o peores”.

Además, subrayó, “claro, que los poderes ‘alternos’ (Capital y Crimen Organizado), se mantienen en su posición, renovando sus acuerdos y relaciones con la “nueva” parte superior de la pirámide. Las propuestas políticas de las distintas vanguardias tienen en común la misma oferta: puesto que los de arriba tienen y los de abajo no tienen, entonces lo que hay que hacer es voltear la pirámide”.

Sostuvo que “para esta ‘inversión’ -en realidad es un relevo de capataces-, es necesario el holograma del ‘Estado Nación’. Si la justicia, la seguridad, la honestidad y la capacidad están ausentes, pues ahí está el equipo deportivo nacional que, envuelto en la bandera oficial, se arroja al precipicio de la realidad. Pero el ‘público’ ya no aplaude o abuchea, ahora hace memes”.

El Capitán afirmó que “en esos intentos de ‘democratizar’ el cinismo y la torpeza, las propuestas políticas acuden a la creación de enemigos virtuales. Azuzan a la piel oscura contra la piel clara, al liberal contra el conservador, al de en medio contra el de abajo y el de arriba, a la periferia contra el centro, al originario contra el mestizo, a la mujer contra el hombre, a loa otroa contra el hetero, al joven contra el adulto, al adulto contra el anciano, al latino contra el anglo, al de una nación contra el de otra, al de cualquier parte del mundo contra el gringo, al residente contra el migrante. Y viceversa”.

Luego de señalar que una de las rutas del capitalismo es “volver al pasado”, añadió que “no sólo nos referimos al proceso de acumulación originaria, donde el sistema nace, crece y se consolida por el despojo mediante guerras (algo que suelen olvidar los teóricos e historiadores), sino a una suerte de salto imposible hacia atrás, eso que significa tratar de reconstruir el llamado Estado Benefactor`’ o ‘Welfare State’ (un redivivo Keynes del Bienestar)”.

Es decir, continuó, “un Estado igual de represor y reaccionario, pero con tintes de justicia social o, si se quiere, de programas sociales que atenúen la carga del piso inferior de la pirámide, de su base. Pero la maldita realidad, no abandona su posición reaccionaria y, tarde o temprano, rompe las paredes de esa pirámide. Así, la ‘Regeneración’ se convierte en un reciclado de cuarta”.

Puntualizó que “está también el intento de ‘engrosar’ (o ‘engordar’) las clases medias que, como su nombre lo indica, estarían entre la parte más alta de la pirámide y el basamento. Estas partes ‘medias’ sobreviven con el empeño de subir más escalones en la pirámide, y con el terror de que la base no soporte más o no se pueda controlar su estallido y se rebele y revele. Para una y otra cosa, recurren al partido vanguardia. Para controlar, ralentizar o de plano extinguir las rebeliones; y para escalar, mediante puestos y ventajas, en la escala social. Los ultras de ayer son los funcionarios ‘realistas’ de hoy. Las clases medias son la cantera del Mandón”.

Por eso, remarcó Marcos, “el pánico que tienen sus voceros frente a los vidrios rotos, los paros, los bloqueos, las marchas, las huelgas, las tomas, los gritos, las acciones, y esas cosas feas que hacen los sucios, feos y malos de la historia -que no aparecerán en los libros de educación básica-. ¿Su facilidad para conmoverse’ con las guerras ‘lejanas’? Bueno, pues es porque creen que eso sólo pasa en otras pirámides.

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