En nuestro país, la maternidad infantil debe entenderse como una alerta grave de abuso sexual, no como un fenómeno social normalizado, acusaron activistas, al cuestionar los recientes datos oficiales sobre nacimientos en niñas de apenas diez y 12 años, que no revelan maternidad, sino violencia estructural e impunidad.
De acuerdo con las cifras, Chiapas es una de las entidades donde más niñas se embarazan de hombres adultos, pues tan sólo el año pasado se registraron cuatro casos en los municipios de Ocosingo, Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo y Comitán de Domínguez, donde menores de diez, 11 y 12 años, quedaron embarzadas de hombres de hasta 40
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En entrevista con este medio, la doctora Norma Inés Barreiro García, fundadora de la organización civil Ch’ieltik, dedicada a trabajar los derechos sexuales de jóvenes mayas chiapanecos, detalló que “muchos de los embarazos en niñas deben considerarse violaciones, incluso cuando se presentan bajo la figura de unión informal”.
Exposición del abuso
En algunas localidades se le da poca importancia a los derechos de las niñas y adolescentes, pues estas acciones ocultan la violencia sexual a la que están expuestas, comentó.
“En alcaldías como San Juan Cancuc, Chenalhó y algunas comunidades de Las Margaritas se dan un gran número de bodas infantiles, por los usos y costumbres que aún dominan”, precisó.
La pobreza extrema y la marginación social normalizan las uniones a corta edad, “y se llevan a cabo mediante rituales o acuerdos comunitarios sin registro legal, lo que oculta y legitima la violencia sexual, inclusive muchas veces las apartan”.
EL SISTEMA LES HA FALLADO
Reinserta, ONG con más de una década de atención a víctimas de violencia, afirma que cada niña embarazada es una sobreviviente a la que el sistema le ha fallado.
Advirtió en un comunicado que esto “debe convertirse en acciones inmediatas y concretas, pues no podemos seguir permitiendo que vivan maternidades forzadas y convivan con sus agresores en total impunidad”.
Puebla, Veracruz y Guerrero también se encuentran entre las cuatro entidades con más casos de menores en gestación que viven con parejas mucho mayores, según datos de la Secretaría de Salud federal en su reporte de 2024.