Ultimo Messaggio

Clima hoy 30 de junio: Continúa la probabilidad de lluvias por la tormenta tropical Flossie EN VIVO: Sigue la Mañanera del Pueblo de este 30 de junio

México está atrapado entre cifras manipuladas y una realidad cruda que se empeñan en maquillar… de guinda. El país retrocede, y —como siempre— el golpe lo resienten los trabajadores. Se han perdido prestaciones, derechos, poder adquisitivo y dignidad laboral. Todo esto ha ocurrido bajo la indiferencia de quienes ocupan el poder en las últimas dos administraciones.

¿Con qué cara Morena y sus lidercillos, como Napoleón Gómez Urrutia, se atreven a limitar las utilidades y reducir el ingreso directo de los trabajadores, cuando más de 44 millones de mexicanos no ganan lo suficiente para costear una simple canasta básica?

La pobreza laboral no es percepción ni exageración: es una realidad que crece y se normaliza. Nadie ha querido prever las consecuencias.

Sólo Morena y los traidores a la clase trabajadora pueden hablar de reducir la jornada laboral y privar a la gente de incentivos y prestaciones ligadas a la productividad, cuando más de 32 millones de personas sobreviven sin seguridad social, en esquemas de informalidad que condenan al empleado al estancamiento.

¿De qué futuro hablamos si más de la mitad de los jóvenes entre 18 y 29 años labora en la informalidad, sin acceso a salud, pensión ni protección laboral? ¿Qué tipo de familias están formando? ¿Qué destino les espera?

Sólo farsantes como Napillo pueden organizar huelgas eternas por capricho y bajo intereses personales, mientras millones de mexicanos salen todos los días a buscar un trabajo. Ahí está la Mina de Tizapa como ejemplo reciente: trabajadores endeudados, más de nueve meses sin cobrar, sin obtener nada a cambio.

¿Se dan cuenta cómo han destruido la lucha sindical? En menos de siete años han acabado con décadas de conquistas laborales.

Lo más alarmante no es sólo la magnitud del daño, sino la pasividad con la que se permite y hasta se aplaude. Prefieren mirar a otro lado y seguirle el juego a discursos cómodos, a iniciativas con letra chiquita que esconden retrocesos y pobreza.

México está en la lona. Y para colmo, quienes deberían defender los derechos laborales están entregados al sistema. Sus historiales están manchados por corrupción, desvío de recursos y traición.

Con el bolsillo lleno y el futuro resuelto, ni se asoman a ver las carencias de quienes deberían representar. No conocen la pobreza ni el esfuerzo. No conocen la dignidad del trabajo honesto.

Y aún así, siguen dejando decisiones trascendentes en manos de auténticos delincuentes. Ahí está Napillo, que se embolsó 55 millones de dólares de los mineros y se pasea como “defensor obrero”, cuando fue él quien topó las utilidades. Un farsante que sólo ha contribuido a agrandar la pobreza laboral, junto a su camarilla de seudolíderes.

Por si fuera poco, también aprobaron las llamadas “vacaciones dignas” que no es otra cosa que un rebaje más al salario de las y los trabajadores, disfrazado de beneficio.

¿Qué esperanza puede haber, si los representantes sindicales que ocupan cargos en los Consejos Consultivos del Infonavit y del IMSS son meros observadores pagados para callar?

Necesitamos ser más críticos. Más valientes. Más comprometidos. Ignorar los problemas o seguir el juego del poder es parte del retroceso. Y sépanlo: si seguimos así, nos vamos a hundir más.

Pensemos en el futuro. Reconozcamos a los que han destrozado este país, no sólo en lo político, también en lo laboral. Identifiquemos a esos dinosaurios con chaleco guinda, que hace mucho se quitaron los zapatos del trabajador.

Hagamos conciencia. Veamos las cifras crudas pero ciertas.
Porque los “otros datos”… ya nos hicieron demasiado daño.

 

    @CarlosPavonC

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *