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Mientras algunos objetos fabricados por humanos alcanzan velocidades que parecen sacadas de la ciencia ficción, el récord de velocidad para seres humanos sigue estancado desde hace más de cinco décadas.

Cuando pensamos en la velocidad, solemos imaginar un automóvil de Fórmula 1 o quizás un avión supersónico. Sin embargo, estos vehículos palidecen en comparación con la velocidad máxima alcanzada por seres humanos en el espacio. Y más aún si pensamos en aparatos que nosotros mismos hayamos construido.

Parker Solar Probe: el objeto más rápido creado por la humanidad

¿Qué tal le suena entonces si alguien le dijese que algo puede viajar a tal velocidad que recorrería toda Europa por los aires de extremo a extremo en 30 segundos? Esto, que parece sacado de la ciencia ficción, es exactamente la velocidad que alcanzó recientemente la sonda Parker Solar Probe de la NASA, que el 24 de diciembre de 2024 logró la asombrosa cifra de 692.000 kilómetros por hora en su máximo acercamiento al Sol.

Para darle una idea más concreta: si pudiera viajar en esta sonda, un trayecto desde Fráncfort hasta Ciudad de México le tomaría apenas unos 49 segundos.

Pero ¿y nosotros, los seres humanos? ¿Cuál ha sido la velocidad más alta que hemos experimentado?

Apolo 10: el récord de velocidad humana que sigue vigente

Aunque podría pensarse que el récord de velocidad humana corresponde a algún logro reciente, la realidad es que la marca oficial de mayor velocidad alcanzada por seres humanos se estableció hace más de 50 años. Específicamente, el 26 de mayo de 1969, cuando el módulo de mando del Apolo 10 alcanzó la asombrosa cifra de 39.937,7 km/h durante su regreso a la Tierra.

Según los registros de Guinness World Records, esta hazaña fue lograda por los astronautas Thomas Stafford, Eugene Cernan y John Young cuando la nave se encontraba a una altitud de 121,9 km sobre la superficie terrestre.

Para poner esta velocidad en perspectiva, a este ritmo se podría dar la vuelta al ecuador de nuestro planeta en poco más de una hora. La reentrada fue tan violenta que el astronauta Eugene Cernan la describió como estar en “una bola de llamas blancas y violetas”.

La misión que marcó historia: detalles del vuelo del Apolo 10

Lo más sorprendente es que este récord no se estableció durante la histórica misión del Apolo 11 que llevó al hombre a la Luna, sino durante lo que podría considerarse un “ensayo general” dos meses antes. El Apolo 10, la cuarta misión tripulada del programa lunar de la NASA, tenía como objetivo probar todos los procedimientos y equipos necesarios para el alunizaje, sin llegar a realizarlo.

Durante la histórica misión, el módulo lunar “Snoopy”, tripulado por Stafford y Cernan, descendió hasta aproximadamente 14,4 kilómetros de la superficie lunar, mientras Young permanecía en órbita a unos 97 kilómetros de altura en el módulo de mando “Charlie Brown”. Tras completar sus objetivos y reunirse nuevamente, la tripulación emprendió el regreso a la Tierra.

Fue precisamente durante este retorno cuando establecieron el récord de velocidad humana que sigue vigente más de cinco décadas después. A esa vertiginosa velocidad de 39.937,7 km/h, la nave utilizó la atmósfera terrestre como freno natural, complementado por el despliegue de tres grandes paracaídas antes de amerizar en el océano Pacífico.

Velocidad relativa: marcos de referencia y comparaciones cósmicas

Antes de que algún entusiasta de la física intervenga para señalar que este récord es técnicamente inexacto debido a la relatividad del movimiento, hay que admitir –si nos ponemos muy técnicos– que tiene parte de razón. Y es que, en un universo en constante movimiento, toda velocidad depende del marco de referencia que se utilice.

Por ejemplo, en este preciso momento, todos nos desplazamos a unos 1.600 km/h debido a la rotación de la Tierra (la velocidad exacta varía según la latitud). Simultáneamente, nuestro planeta orbita alrededor del Sol a 173.000 km/h, mientras que el sistema solar completo se mueve a unos 720.000 km/h alrededor del centro de la galaxia.

Si consideramos estos movimientos, técnicamente todos estamos viajando a velocidades enormes sin ser conscientes de ello. Pero si hablamos de velocidad experimentada en relación con la Tierra, el récord del Apolo 10 continúa siendo insuperable para los humanos.

En cuanto a objetos fabricados por el ser humano, antes de la Parker Solar Probe, el récord lo ostentaban las sondas solares Helios, que llegaron a alcanzar 252,792 km/h.

Sin embargo, incluso estos logros humanos palidecen frente a las velocidades cósmicas. La estrella S4714, por ejemplo, se desplaza a unos 8,6 millones de kilómetros por hora debido a su estrecha órbita alrededor de un agujero negro.

Mientras tanto, en la Tierra, nuestros vehículos más rápidos parecen moverse a cámara lenta en comparación: según CNET, el cohete Falcon 9 de SpaceX alcanza una velocidad máxima de 33.519 km/h, mientras que la Estación Espacial Internacional orbita a “apenas” 27.359 km/h.

Por ahora, el récord de velocidad humana del Apolo 10 sigue en pie, y podría mantenerse durante muchas décadas más hasta que nuevas misiones tripuladas a la Luna o Marte nos impulsen a velocidades aún mayores.

Via: DW

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