El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, desestimó los efectos de los recientes bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares iraníes, afirmando que “Estados Unidos no ganó nada” y que “la República Islámica salió victoriosa” tras el conflicto que enfrentó a Teherán e Israel durante 12 días. “En represalia, dimos una bofetada contundente”, declaró en su primer pronunciamiento desde la entrada en vigor del alto al fuego.
Mientras Donald Trump aseguraba que las centrales nucleares iraníes “quedaron totalmente destruidas”, Teherán negó tal versión. El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, consideró “exageradas” las afirmaciones del estadounidense y señaló que aún se están evaluando los daños.
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El mismo Araqchi descartó que existan planes inmediatos para reanudar negociaciones nucleares, a diferencia de lo sugerido por el magnate, quien anticipó un posible acuerdo. “No hay ningún plan”, insistió el canciller.
Pese al alto al fuego, las tensiones persisten. Irán respondió a los ataques con misiles contra Israel y una base estadounidense en Catar. Según Jamenei, el impacto en la base aérea de Al Udeid fue minimizado por Washington. La Casa Blanca acusó al ayatolá de “salvar las apariencias”, pero un informe clasificado filtrado a CNN sostiene que el ataque estadounidense sólo retrasó el programa nuclear “por meses”.
Pequeña ventaja
Mientras tanto, Irán avanza hacia el aislamiento. El Consejo de Guardianes ratificó la suspensión de cooperación con el OIEA, que ya perdió visibilidad sobre las reservas de uranio.
La crisis podría empujar a Irán a abandonar el Tratado de No Proliferación, lo que Francia advirtió como “el peor escenario”.
El conflicto dejó al menos 627 civiles muertos en Irán y 28 en Israel, según cifras oficiales.
